El diálogo que intento describir a continuación, está basado en hechos reales. Más precisamente, en una conversación de más o menos dos horas que terminó a las siete de la mañana de hoy. Pero antes creo que es necesario que aclare ciertos puntos. El primero, es que al escribir este post, estoy traicionando a mi interlocutor, a quien prometí "no contarle nada a nadie". Así mismo, creo que las consecuencias que este relato pudiera llegar a tener no serán relevantes (espero). En segundo lugar, quiero aclarar que dadas las circunstancias y la naturaleza del diálogo, del interlocutor y de mi mala memoria, es imposible transcribir la conversación con exactitud. Pero pienso hacer el intento.
El personaje (Hercules).
Hercules mide poco menos de dos metros, es rubio (pero rubio rubio: es amarillo). Tiene una risa estúpida, cara de estúpido y dice estupideces permanentemente. Nadie lo toma en serio. No tiene "verdaderos" amigos, y el único que tenía lo traicionó en dos oportunidades. Drogadicto (y cuando digo drogadicto, digo: adicto a la droga, aunque suene redundante), "nene de plata" y vago. Yo no sé que le vi...
Antecedentes.
A Hercules lo conocí hace poco más de dos años, la misma noche que lo conocí al oscuro. Desde el primer momento, hubo "onda" (aunque después de los decires de Consuelo y de analizarlo "de lejos", desde el principio hubo más onda con el oscuro que con él). Tuvimos una sola noche de sexo. Un polvo inconcluso, una noche "semi-trágica" y un desenlace "novelístico".
La circunstancia.
- Yo me voy de acá -
le digo a Hercules al oido - acompañame a tomarme un remise.
- Bueno, dale. Vamos.
Salimos a la calle, hace un frío de cagarse y yo anhelo mi camita calentita y mis medias limpias.
- ¿Qué hora es?. Ya es tarde: te llevo a tu casa.
En el camino hablamos bastante. Pero el camino es relativamente corto, motivo por el cual él me ofrece que nos quedemos charlando en el auto. Yo asiento con la cabeza.
La conversación.
- Como te contaba: yo le escribí una carta agradeciéndole todo lo que ella había hecho por mi. Aunque debo reconocer que yo era un buen novio. La cagué muchas veces, pero también me enteré que ella me había estado cagando ami.
- ¿Y qué había hecho ella por vos? -
le pregunto curiosa -
- Una vez fuimos de vacaciones a Brasil y ella me prestó diez dólares. Y yo quería agradecerle ese gesto que ella había tenido conmigo.
- Ahá (¿¿¿???). Pero me parece que tus intenciones no eran agradecerle que te prestara diez dólares, me parece que tus intenciones eran hablar con ella: buscar algo para llamar su atención.
- Jajajajajaja...si, puede ser.
- Pero en realidad eso no fué lo peor. Yo no sé si contarte todo esto: no se lo conté a nadie. Aparte vos no me vas a creer: vos nunca me creés nada.
- ¿Y cómo querés que te crea si sos un mentiroso?.
- Si, pero después de lo que me pasó no miento más. Yo no sé si contarte lo que me pasó. Yo con vos tengo mucha confianza: no sé por que. Me inspirás ganas de contarte cosas: ni a mis más amigos les conté esto. Para mi vos sos una "capa", yo te admiro....
- ¿Me vas a contar o no?.
- Bueno. Jajajaja. Emmm....no sé...es muy loco todo esto...no sé si contarte...
- Dale -
le digo en tono "amigable" e intentando persuadirlo -
- Bueno, está bien. Todo empezó un día me fumé un faso..jajajajajajaja....Y me pegó re mal..re mal boluda: re mal. Empecé a ver cruces, no entendía nada. Mis amigos me decían: "che, ¿qué te pasa boludo?". Estaba pálido, tirado en el piso y no me podía mover. No sabés como estaba...no sabés..
- ¿Y cómo estabas?.
- Re mal boluda...re mal. Llegué a mi casa y le conté todo a mi viejo: le confesé todo. Encima mientras le hablaba estaba drogado...jajajajajaja...
- Que boludaso que sos...
- Ehhh bueno.....tampoco me digás así. Bueno...¿Qué te estaba diciendo?. Ahhh...le confesé todo a mis viejos. Ellos estaban re preocupados, entonces me mandaron al psiquiatra. No sabés el psiquiatra como me quiere. Cada vez que voy yo se pone re contento: me dice que nunca un paciente evolucionó tan rápido. La cuestión es que yo maduré muy de golpe. Después del accidente donde casi pierdo la vida...
- Pero...el accidente donde casi perdés la vida fué hace como cuatro años...no es por desanimarte...viste...pero...
- Jajaja. Tenés razón. Y el psiquiatra me dió unas pastillas azules. Dice que esas pastillas son para estabilizarme. Dice que mi cerebro viene haciendo así (y dibuja picos en el aire), y que las pastillas son para estabilizarme (y dibuja una linea recta). Pero después de eso, no sé que me pasó. Me volví inteligente.
- JAJAJAJAJAJJAJAJA. ¿Qué decís?.
- Boluda, no te rias: es en serio. Ami nadie nunca me tomó en serio, nadie me creía nunca nada..
- Porque siempre fuiste un mentiroso -
lo interrumpo-.
- Bueno, digamos que vos conmigo no te portaste de lo más honesta. Yo me re enculé con vos y con el oscuro. Porque los dos me traicionaron. Yo le dije al oscuro: "si a vos te gustaba ella, me hubieras dicho. Pero lo que me molesta es que hallas ido por detrás".
- Es cierto.
- Pero después me dí cuenta de que la que me había cagado habías sido vos...jajajajaja.
- ¿Yo?. Yo no era tu amiga: el oscuro si.
- Está bien...puede ser..jajajajajajaja.
- Bueno, ¿qué te decía?.
- De las pastillas azules.
- Ahhhh cierto, le confesé todo a mis viejos entonces...
- Esa parte ya me la contaste.
- Ahh...estoy hecho bosta boluda...jajajajaja. Yo me siento re en confianza para hablar con vos. Vos sos una maestra. Yo siempre te admiré: vos hacés lo que querés con los hombres. Ellos no te usan a vos: vos nos usás a nosotros. Ami y al oscuro nos hiciste quedar como unos pelotudos: nos usaste a los dos. Jajajajajja...sos una maestra. Me encanta hablar con vos. ¿Te puedo dar un beso?.
- No, no dejate de joder. Dale, seguí contándome.
- No sé de que estaba hablando.
- Yo tampoco. Ahhh de que te hiciste inteligente.
- Si...viste que yo siempre fuí un desastre en la facultad. No iba nunca, siempre copiaba, me sacaba notas mediocres...bueno...después de las pastillas me volví inteligente: tuve "estress"...
- ¿VOS ESTRESS?. ¿QUIÉN TE DIJO ESA HUEVADA?.
- El psiquiatra. Estuve una semana sin dormir estudiando. Mis compañeros venían a que les explique todo, me estudié un toco así (y abre las manos) de libros. Quise sacar seis materias en una semana: estaba loco.
- ¿Y ahí te agarró el "stress"?.
- Si, estuve sin dormir una semana. Tomaba Red Bull para no dormir. No sabés boluda...después me putié con un profesor porque no me quiso aprobar: casi lo cago a puñetes.
(yo me muerdo el labio inferior).
- aparte no sabés...descubrí que tengo una capacidad para resolver problemas, para emprender proyectos que es impresionante: me asusto de mi propia capacidad. Y a todo lo tengo en la cabeza, es increíble la capacidad que tengo...todos me admiran. Nadie puede creer que sea yo. Hago un montón de cosas, no me drogo más: soy re buena persona ahora. Quiero dejar de hacer cosas por los demás y no puedo. A ver...explicame: ¿porqué te traje hasta tu casa si yo me iba a quedar allá?.
- Pero..
Y me interrumpe:
- mis amigos me re admiran: también soy filósofo..
- ¿Qué sos qué? -
le digo con los ojos como el dos de oro.
- Filósofo. Me pongo a hablar con mis amigos y ellos se re emocionan cuando hablan conmigo. Los hago llorar boluda...no sabés. Para el día del amigo me llegaron un montón de mensajitos...y yo me re emocionaba...ese día estuve todo el día llorando. En algún momento llegué a creer que me estaba haciendo maricón. "¿Las hormonas me estarán jugando en contra?", pensaba. Veía revistas porno y no me calentaban...no sé... Es muy raro lo que me está pasando. Con las minas no sabés lo que es...boluda. Tengo pendejas por todas partes y todas están re enamoradas de mi: ¡quieren que las deje embarazadas!. Cuando estamos cogiendo me dicen: "llename, llename". Y yo les digo: "¿estás loca boluda?". Y no sabés lo que soy culiando. Yo no soy machista, para nada. Pero no sabés como cojo. ¿Te acordás de esa vez que...?.
- Si, me acuerdo. ¡Qué desastre que fué!.
- Yo me quedé re marcado de esa noche que tuvimos. Porque fuiste la primera mina después de mi ex. Aparte todo lo que pasó después..¿te acordás?. Que vos y el oscuro andaban juntos y me traicionaron..¿te acordás?.
- Si, me acuerdo. ¿Fué tu peor polvo? -
le digo suponiendo la respuesta-.
- Si -
y sigue cavilando - no, no: hubo otro peor. Una vez que no se me paró.
- Jajajaja.
- No.... no sabés la cantidad de pendejas que tengo. Estoy asustado boluda. Al principio me re preocupaba. No entendía nada. Tenía una voz que me hablaba de adentro ¡y me decía lo que tenía que hacer, boluda!. Era re loco. Pensás que estoy loco, ¿no?.
- Si.
- Yo sabía que te iba a sustar cuando te contara esto. Jajaja. No te tendría que haber contado nada.
- No me asustás.
- Es impresionante -
me dice sin escucharme - desde que empesé a hacer cosas buenas, me pasan cosas buenas. Y la culiada de mi ex no me respondió la carta que le mandé. Yo le escribí cosas que me salían de adentro...
- ¿La de los diez dólares?.
- Si. No me respondió la culiadasa. Antes yo era mala persona: era mentiroso y no hacía nada por nadie. Ahora soy re bueno...es como si estuviera poseído por un angel: no sé que me pasa. Y todo el tiempo escucho la voz de mi conciencia que me dice lo que tengo que hacer, que me guía. Al principio me asustaba, pero después me acostumbré. Pero eso no es nada. No sé si contarte lo otro...por que..
- Dale contame -
le digo.
- Noooo...no sé. Yo hasta ahora no le conté esto a nadie. Nadie me entendería.
- ¿Al psiquiatra tampoco?.
- No...estás loca. Si le digo que escucho una voz adentro mio, me va a seguir dando pastillas. No quiero tomar más pastillas.
- Pero no seas boludo...le tenés que contar todo, así te puede ayudar.
- No...yo hace mucho que tomo pastillas: efedrina, keratina, heroína...no quiero más pastillas. Me quiero desintoxicar.
- Bueno, pero dale, contame "lo otro".
- Bueno, está bien, pero
prometeme que no le vas a contar a nadie.-
Te lo prometo.- Bueno, resulta que hace un par de semanas, me fuí al medio de una montaña, donde hay una comunidad de indios. Y escalé unas montañas. ¡No sabés lo que soy escalando!. Pareciera que hice eso toda mi vida. Y tengo una puntería de la puta madre.
Entonces saca un cuchillo y me dice:
- mirá que bien la sé usar.
Y empieza a jugar con el cuchillo con una sola mano. Yo veo el filo del cuchillo ir y venir delante mio y pienso: "este pelotudo me va a sacar un ojo".
- Dejate de joder con ese cuchillo, me ponés nerviosa.
- Jajajaja. No te asustés, chiquita: conmigo no te va a pasar nada malo.
- Jajajaja. Seguí contándome. Estabas en el medio de la montaña...y
- Bueno...yo no te quiero asustar..pero mirá:
Y saca una cantimplora de plástico blanca que estaba prolijamente arañada en la base: como si alguien la hubiese estado rasguñando.
- ¿Qué es eso? - le pregunto ya con un poco de miedo.
- No sé. Apareció así.
- Pero no puede ser...eso se debe haber rayado en el auto.
- No boluda: es imposible. Es casi nueva y nunca la llevo a ningún lado. Y eso que no viste lo otro.
- ¿Qué es lo otro?.
- No sé si mostrártelo. Te vas a asustar.
"Este se está haciendo el misterioso", pienso.
- Dale, mostrame.
- Vení, bajate y te muestro: está en la parte de afuera del auto.
- Me hace frío, mejor contame.
Un poco por frio y otro poco por miedo...¿vió?.
- En la parte de atrás del auto, hay otros rasguños: más grandes. Están desde que fuí a esa montaña a hacer los rituales.
- ¿Y para que te metés en esas cosas?.
- No sé. Es la voz de mi conciencia que me manda a hacer cosas raras.
- ¿Y si la voz de tu conciencia te dice que te tires de un edificio de veinticinco pisos, vos lo vas a hacer?.
- No sé....
Ya habían pasado como dos horas. Muchas cosas no me acuerdo. Todo era muy incoherente, muy descontextuado, no había lógica en nada de lo que decía...
- Ahora...decime una cosa...¿qué porcetaje de todo lo que me contaste es cierto?.
- El 99,99%.
- ¿Y el 0.01% restante?.
- El otro 0.01% es porque es posible que todo lo que te conté esté dentro de mi cabeza: soy un enfermo mental.
Finalmente me vence el sueño. No esperaba que mi noche terminara así (y mucho menos que así empezara mi domingo). Le pido que me lleve a mi casa. Pero antes me dice:
- esa colcha que tenés puesta, está bendecida, la bendije cuando fuí a la montaña. Si te vas sin darme un beso, la colcha te va a trasmitir una enfermedad. Te vas a engripar y vas a estar vomitando por dos semanas. Dame un beso, dale.
Le doy un besito chiquitito, y agrega:
- tiene que haber contacto de lenguas, sino no sirve.
- No me jodas, ya está.
- ¿Sabés la de besos que robé con la historia de la colcha?. Jajajajaja.
- Chau -
le digo mientras abro la puerta del auto -
- Che..antes que te vayas...¿podremos ser amigos nosotros dos?. ¿Creés en la amistad entre el hombre y la mujer?.
- No sé...pienso que si. No tengo la cabeza para pensar en eso. Nos vemos al rato.
- Chau, nena cuidate.
- Cuidate vos...