jueves, septiembre 28, 2006

Inconexión de media noche

Yo descarto nimiedades para avocarme a lo general y analizar lo meramente importante. Y eso que dije es una gran mentira. ¡Viva el absurdo!. Y entonces una tribu de indígenas negros rinde un tributo a la luna y yo acá metida sin siquiera salir a mirarla. Hagamos un pacto: no me preguntes más por el "pin". Ni siquiera lo menciones. Yo, a cambio, hago de éste un mundo mejor, con la sonrisa amplia y generosa que se dibuja en mi cara cada vez que nadie me rompe los huevos. En este momento estará despegando un Boing. En este momento alguien en la República de Mozambique se estaría muriendo. Y el principito estaría viajando de asteroide en asteroide. Y miles de personas están apretando teclas. Yo no sé bien lo que quiero. El hombre de la voz rosa dice que tengo que ser más práctica, y no ser tan detallista: tan puntillosa. Porque siempre estoy pensando en todas las alternativas posibles, yo no quiero dejar nunca cabos sueltos. Mi error es: considerar que todas esas alternativas son igual de probables. Y no es así. Concientemente está clarísimo. Pero inconcientemente, no. "Gracias por el conejo". ¿Por el conejo? ¿Qué conejo?. Aveces me da un no sé que, agradecer un consejo que no llega ni a frase cristiana de almanaque. Hay incendios y humo y cenizas. Es probable y no es probable. Es frecuente y no es frecuente. Soy taxista. Yo aveces veo películas y lloro. Y aveces la desgracia ajena me da risa. Pero esto último no pasa casi nunca. Cada uno cuida su rancho. Y cada chancho a su rancho. Se me duerme el pie. Si me picara un huevo. Si tuviera un piojo. Si tuviera moretones en el cuerpo. Si FD me quisiera. Si ED no tuviera un timbre de voz tan espantoso. Si el Oscuro me invitara a tomar un helado. Si yo no fuera yo y fuera vos. Si vos fueras yo. Si algún día nadie fuera yo y el mundo adoleciera de mi. Patrañas. En este momento una perra está pariendo cachorritos. Soy electricista. Mis errores son demasiados. Y los tuyos también. Verme desde afuera ¿y ver qué?. Una bola matemática zucumbiendo ante mi. Tus parábolas. Tus hipérbolas. Tus bolas al aire libre y bamboleándose adentro de tu boxer gris. Sobrevivir al caos. Aguantar, resistir, tolerar: al fin y al cabo suelto, no soy más que una estúpida que tiene miedo. Me hundo en mi materia gris. Materia espesa. Materia viscosa y nauseabunda. Es gris. Tu boxer es gris, igual que mi materia.

2 Delirios ajenos:

Blogger once said...

Genial post.

Fuerza.

11:07 p. m.  
Blogger Dr. CroW said...

Uh... eh... mmm... debería haber fumado algo antes de leer esto...

10:07 a. m.  

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