lunes, diciembre 26, 2016

Llegar a alguna parte. Un punto en el mapa, un par de coordenadas geográficas. Y nada más. Llegar a un desierto en el que brilla un sol que quema y no perdona, un llano desierto de arenas y vientos hostiles. ¿Dónde está mi casa? ¿Mi hogar?. La luz del alma que brilla en otra parte, en otro punto del mapa, en otras coordenadas. Una luz tenue que invita al abrigo de las noches gélidas. Es verano. Hace un frío de 35ºC.