miércoles, julio 30, 2008

Ahora que tengo un alma que no tenía.

Ahora que tomo pastillas, que tengo una pareja estable (hola pareja estable!) y me comporto como una mujer. Ahora que soy profesional con defectos profesionales, con crisis existenciales, con preocupaciones económicas, con sobrinos, con perro, con un recibo de sueldo a fin de mes.

Ahora que tengo paranoias que no tenía.

Ahora -que en el fondo soy la misma de siempre- sepultada bajo veinte toneladas de responsabilidades, obligaciones y asuntos urgentes de última hora. Ahora que no me acostumbro a esta vida de costumbres. Ahora que la incertidumbre me molesta como un pedazo de carne en el agujero hondo de una muela. Ahora que aprendo y admiro a un hombre que me quiere. Ahora que todo es lo que ántes no era.

Ahora, ya.
Taxi. Siempre taxi. Ir, venir, perderme. El ajetreo diario es cada vez más diario y más ajetreo. Me subo a un colectivo y quiero perderme. Porque perderme me resulta divertido. Diferente. Como estar en otra ciudad.

Yo de vez en cuando me pierdo apropósito.

martes, julio 01, 2008

Nunca sé

Escucho tu música de ringtone. Me enfermo de rabia. Cierro la puerta dando un portazo para que no me entre frío en las patas, hasta que alguien salga y la vuelva a dejar abierta. Bostezo. Puteo, en voz baja, en voz alta, en voz más o menos. Le pego una trompada a la mesa. Brincan sincronizadamente: una perforadora, una abrochadora y un rollito de cinta scotch. Digo una cosa cualquiera pero digo: mirá que inútil que soy. Porque digo una boludés atrás de la otra. Mi discurso es un desfile ridículo de incoherencias.

No puedo mirar la mancha de humedad que hay en el techo porque hoy el techo me toca las canas que me salieron ayer. O a primera hora de hoy.

Viste cómo son estas cosas...