miércoles, octubre 01, 2014

Perdonar no es divino

Mientras Gustavo Cerati se moría yo encontraba en sus letras, en su música y en su voz, el reflejo de mi propia alma. Todo al mismo tiempo. Al mismo tiempo también una danza de gases en mi panza, una gastritis mal diagnosticada y más de un: WOW. No sé vivir y no aprendo. No aprendo. No aprendo. No aprendo. Y no sé vivir. No me sale. Escalofríos. Mocos. Me pican las manos. Me suda el cuerpo. Fisiológicamente no es ni la mitad. Me duermo.