martes, septiembre 05, 2006

Llorando como una Magdalena

Anoche me miré en el espejo y era un mounstruo.

Me largué a llorar como hacía mucho no lo hacía.

Para lo cual recurrí a mi refugio más cómodo: debajo de las sábanas.

Me puse en posición fetal y simplemente lloré.

Lloré por cinco minutos mas o menos.

Me retorcía y movía las piernas como queriendo disolverme entre las sábanas hasta llegar a la gomaespuma del colchón y desaparecer.

Cuando volví a mirarme en el espejo parecía un mounstro con la cara hinchada, entonces lloré con más ímpetu.

Una burbuja de moco me hacía cosquillas en la nariz, y si algo me molesta son las burbujas de moco que me hacen cosquillas en la nariz. Así que fuí al baño, busqué papel y cuando volví a la cama ni siquiera me acordaba por que había estado llorando.

Cuando me acordé, seguí llorando un poco más y pensé en Rodia Rakolsnikov.

Tuve demasiadas ganas de dejar de ser yo. De vivir en otro cuerpo, con otra vida. Sentí que ser yo era una responsabilidad que no estoy dispuesta a asumir. Y si yo no puedo hacerme feliz ami misma...¿cómo puedo pretender hacer feliz a otra persona?. Y peor aún...¿cómo puedo querer traer hijos al mundo si ni siquiera sé como permanecer en el mundo yo?. Y ya sé: "tengo que agradecer por lo que tengo por que bien podría tocarme vivir en el lánguido cuerpecito de un nene de Mozambique". Pero me chupan un huevo los nenes de Mozambique. Yo lo único que quiero es ser feliz.

2 Delirios ajenos:

Blogger G. said...

Maia!! nena... espero estes bien. Ya vas a encontrar tu felicidad... esta, existe, pero debe andar perdida ;) UP!!

11:19 a. m.  
Blogger once said...

Ya pasó aquel mal rato... ves?, nada es eterno!

1:02 p. m.  

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