sábado, septiembre 30, 2006

Las trabas de la vida

Al principio hay tres. Una rubia y dos morochas. Los autos frenan en la esquina y les dicen algo. Los travestis caminan de un lado para el otro, mientras Consuelo y yo, las espiamos desde la esquina diagonal.

Consuelo y yo compartimos desde hace mucho una cierta "pasión" por las/los trabajadores de la calle.

- ¡¡Mirá ese!! ¡¡Mirá lo que es!! ¡¡Es horrible!!.

- Si boluda, parece un mono. ¿Qué tiene en la nariz?.

- No, sé. Es como si estuviera vendada.

El travesti con cara de mono nos miraba desde la esquina donde estaban los trabas. Después cruzó la calle y habló con alguien (según testimonio de Consuelo, porque yo estaba entretenida mirando a la rubia).

- Nos vieron: nos están mirando.

- No nos van a hacer nada...

- ¿No ves cómo nos están mirando?.

- No veo nada. ¿Adonde?.

- Allá, boluda - me dice señalándome con el dedo -

- Ahh...si...nos están mirando.

- ¿Qué hacemos? ¿Nos vamos?.

- Naaa...

Seguimos mirando travestis. Hay uno que es de lo más desagradable. Tiene una "zapan" de vino, cerveza y choripán y encima se da el lujo de andar por la vía pública en bombacha y corpiño. Es un atentado a la vista.

En plena actividad de espionaje escuchamos el ruido de una moto. Cuando alcanzo a mirar tenemos al travesti cara de mono y la nariz vendada, pasando en la moto al lado del auto. ME PEGUÉ UN CAGASO DE LA PUTA MADRE. Era horrible el hijo de puta. Nos miró como queriendo investigarnos y siguió.

- ¡¡Viste, viste!! ¡¡Te dije que nos estaban mirando!!

- ¡Qué cagaso que me pegué boluda! ¡No lo había visto!

- ¿Nos vamos? ¿Qué hacemos? ¿Nos vamos?

- Naaa...nos quedemos..

- ¿Estás loca?. Tengo miedo...Vamonos

- Bueno, dale. Vamos.

Y dejamos a los travestis buscando su suerte. Ahí, en esa esquina del centro, entre Igualdad y San Martín. "Y pensar que tienen el culo roto".

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