lunes, diciembre 26, 2016

Llegar a alguna parte. Un punto en el mapa, un par de coordenadas geográficas. Y nada más. Llegar a un desierto en el que brilla un sol que quema y no perdona, un llano desierto de arenas y vientos hostiles. ¿Dónde está mi casa? ¿Mi hogar?. La luz del alma que brilla en otra parte, en otro punto del mapa, en otras coordenadas. Una luz tenue que invita al abrigo de las noches gélidas. Es verano. Hace un frío de 35ºC.

viernes, junio 12, 2015

Señora...usted me cae bien pero su hijo es un pelotudo. ¿O no lo es?.

Ser o no ser. ¿Es o no es?. Ah? Qué onda?. Tengo varios nudos en la garganta.

Yo me bloqueo mal. Yo, que enojada me transformo en un mounstro verborrágico, en una amazona desenfadada. Que puedo hasta maldecir a tu muertos mas sagrados. Proponerte el suicidio como salida elegante (y urgente) a tu vida de mierda. Sobre todo urgente. Sobre todo de mierda. Amí se me esfuman las palabras. Se me desintegran los insultos. Me encuentro sola en un universo azul. Vacío y azul. Mitad muda y mitad tartamuda. Con dos ojos espantosos y bellos al mismo tiempo que están esperando que hunda mi mano en mi pecho y me arranque el corazón y arroje el manojo de carne y arterias por la ventana. Creeme que es así. La prepotencia me bloquea. La voz firme me bloquea. La mirada espantosamente hermosa me bloquea. Los recuerdos me bloquean. El dolor me bloquea.

viernes, enero 02, 2015

Cambio

Tomé coraje y escuché la canción y te juro que sentí un desgarro en el corazón, en la piel y en las uñas de las manos y de los pies. No lo pensé tanto, no tuve tiempo: la canción se reprodujo en mis oídos y no creí que fuera a doler tan profundo tan oseamente y la dejé fluir en mis auriculares (traicioneros auriculares). La canción trae las imágenes de un camino que zigzaguea un lago, el consultorio de un psicólogo y el mismo camino zigzagueante pero en auto. Su cara, sus ojos, pero sobre todo su mirada. Como me duele por favor...¿Así es como se siente que los recuerdos te retuerzan el alma?. Duele y mucho. Y los violines de la canción no hacen más que añadirle drama a esa sensación recurrente y desesperante de pensar en los momentos que no van a volver. Recuerdos que están cada vez más lejos en el tiempo pero más cerca en mi memoria. Quiero tocarlos y apenas los alcanzo con la yema de los dedos. Dientes de león que se escapan con el tiempo.


domingo, diciembre 28, 2014

2014

Brindo por un 2014 en el que conocí gente espantosa. Gente sin música en el alma con corazones adoquinados, petrificados, ultrahiperrecontraremil congelados a temperaturas tan bajas que limitan lo inimaginable, lo imposible. Brindo por esas personas desagradables y nefastas. Por aquellas historias de locuras y tristezas que no facilitan la comprensión del abandono. A nosotros nos sigue sonando como una palabra en otro idioma. Brindo por un 2014 que se termina. Se termina bien y se termina mal. Brindo por las escrituras fallidas, las separaciones y los abogados. Brindo por Edith Piaf, los perros y el vino tinto. Las denuncias, las órdenes de restricción, Cecilia Roth y Dario Grandineti. Brindo por un cortado en jarrito, por escaleras infinitas, por una soledad más infinita todavía. Algún día tiene que terminarse esta racha de locura autodestructiva. Soy la cara del fracaso. Mirame. Mirame como estoy siendo la cara del fracaso. En este momento estoy siendo eso. Brindo por el fracaso. Brindo por aceptar la realidad lo más realmente posible. Brindo por ese desafío. Brindo y mientras tanto deseo (casi con miedo) a que el 2015 sea un poquitito mejor.

domingo, diciembre 14, 2014

El silencio de estos días

Mirar por la ventana debería inspirarme. La ventana es el marco de una pintura que vive y cambia. Y el viento. Y las nubes. Y la tormenta que se aproxima siniestra. La soledad es esto, precisamente. El viento, las nubes, la tormenta aproximandose vanidosa, intempestuosa. El silencio absoluto de las mañanas, el ruido de la pava hirviendo. El silencio del teléfono que no suena. El silencio de las voces que resuenan ezquizofrénicas en mi cabeza. Eso vendría a ser un poco la soledad que impregna estos días. En esta soledad somos cuatro corazones que laten. Que laten a distintos ritmos. Uno, paticularmente, late apurado, joven, inexperto y hermosamente ingenuo. Late imponiéndose ante la soledad, ante el silencio, ante la ventana y ante la tormenta. Late indiferente. Late milagrosamente. Amo el corazón que golpea su pecho. Amo su pecho. Amo sus movimientos, sus patadas y sus excentricidades. Su hipo, su naríz, sus labios.

miércoles, octubre 01, 2014

Perdonar no es divino

Mientras Gustavo Cerati se moría yo encontraba en sus letras, en su música y en su voz, el reflejo de mi propia alma. Todo al mismo tiempo. Al mismo tiempo también una danza de gases en mi panza, una gastritis mal diagnosticada y más de un: WOW. No sé vivir y no aprendo. No aprendo. No aprendo. No aprendo. Y no sé vivir. No me sale. Escalofríos. Mocos. Me pican las manos. Me suda el cuerpo. Fisiológicamente no es ni la mitad. Me duermo.

viernes, enero 03, 2014

Say no more

Vos sabes porque estoy acá. Solamente vos sabes con precisión de reloj que estoy haciendo por acá: vengo a agradecerte que no sea Diego. Que el flaco no se llame Diego. Que no tenga su cara, su nombre, su voz. No tengo animo de ironía hoy. Suficiente tengo con ya sabes que. Vine buscando una brújula, un mapa y una cortina de baño. Pero ya me voy, sin encontrarle el norte a mi brújula y sin el mapa. Vine a mandar todo al Congo. Bien lejos, a ver si de una vez por todas me deshago y me desahogo. Porque vos sabes que son como muros de chapa pesados que van cayendo por donde voy y aveces me pisan los dedos de los pies. Porque voy, voy, voy y voy. Y cada vez que voy retrocedo más pasos de los que dí. Mis palpitaciones nocturnas tienen un nombre, se llaman frustración. Esos pequeños panic atacks son como los hijos que nunca tuve. Te acostumbrás a no tener vecinos. Y es lo más. Cuando sea grande quiero ser un viejo hermitaño que fuma pipa. La soledad de estas pampas es a la vez aterradora. Pero no la soledad de no tener vecinos, sino, la soledad del alma, que no es lo mismo. - Te llamaba para preguntarte si tenes ganas de emborracharte y contarme que te pasa. - Es la propuesta más hermosa y oportuna que me hayan hecho jamás. Otra. Abrazo cálido. Como ese abrazo inolvidable pero con menos grasa. - Hacía mucho que estaba esperando este momento. Es la conexión entre dos almas que no va a concretarse jamás. Porque tenemos miedo. Porque estamos locos. Porque esa conexión no existe más que en mi imaginación de quinceaniera obsesiva. Porque esos horarios de porqueria. Porque la presión social. Porque no. Simplemente porque no. Porque esa suerte, ese karma, esa mística negra me va negando todo cuanto voy queriendo. Porque es una mierda, un vómito de drogadicto a las seis de la mañana, un baño de terminal de pueblo. Es así. Acostumbrarse y sobrevivir. Fail: acostumbrarse y subvivir.