El colectivo está lleno pero reina un silencio sepulcral. Las personas vuelven (volvemos) agotadas de ajetreo diario. El desconocido de rastas que está parado al lado mío, se da vuelta de repente y me dice:
- ¿De qué te reís?.
- De dos cosas - le respondo mirando pasar la Chacabuco. Una, de que me estaba acordando que hoy mientras mi jefe me hablaba de números y precios, yo me estaba haciendo una paja mental sobre su escritorio. Y la otra, de que ahora mismo me estaba haciendo otra paja mental, acá en el colectivo.
- ¿Y cómo hacés para reirte de dos cosas al mismo tiempo?.
- Bueno, basicamente me estaba riéndo de lo mismo pero en dos circunstancias distintas.
- ¿Y siempre te masturbás mentalmente?.
- "Siempre" "Siempre" ¿Qué es siempre?. La palabra siempre es muy amplia. ¿No te parece?.
Siempre puede ser todos los días, o todas las horas. No sé. Yo te puedo decir que me masturbo mentalmente con una frecuencia casi diaria. Pero depende...
- ¿De qué depende? - dice cantando.
- De mí.
- Bueno negra, yo me bajo acá.
- Entonces nos vemos...no sé...cuando volvamos a vernos.
- Cuidate.
- Vos también.