Down
La angustia insoportable de antes. Como un muerto despertando de su letargo, como si tuviese los pulmones pegados con cinta scotch. Aprieta, duele, quema. Todo junto. Es quizás ácido. Es quizás...¿ácido?. Busco la onomatopeya para un silbido y no la encuentro. Me angustia la primavera. El frío. Me angustia que no haya una onomatopeya para un silbido. Me angustia la conversación de anoche. Me angustia pensar en anoche. Me angustian los problemas de Consuelo. Me angustia escucharme hablar. Decir lo que digo. Pensar lo que hablo. Callarme lo que no digo. Me angustia escribirme. Describirme. Me angustia pensar en psicólogos. En planes truncados e inconclusos. Me angustia mirarme en el espejo. Pensar en el verano. Me angustia caminar por la calle.
Pensar en todo lo que tengo que hacer.
Y no hacer absolutamente nada.
Pensar en todo lo que tengo que hacer.
Y no hacer absolutamente nada.
1 Delirios ajenos:
Presentame a la angustia y dejanos a solas 15 minutos.
En privado, la angustia y yo.
Creo poder convencerla de que deje la ciudad para siempre...
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