Paz interior
Y ahora como hago para vivir con semejante verdad adentro mio?. Como alimento mis ganas de conseguir lo ahora inalcanzable?. Las personas parecen envases retornables, de plástico, sucias.
Después todo se calma, lentamente, de una forma tan paulatina como imperceptible. Pero siempre quedan los vestigios de todas esas verdades encontradas, alguna ceniza, una pequeña basurita. Y queda dando vueltas, por los sueños, en el colestivo, cuando la mente viaja por otros universos donde aquella idea que se pensó una vez, es ahora una estrella de la vía láctea. Está, mientras no se resuelve, se acumula, se suma. Se van apilando una sobre otra, algunas se pierden, pero la mayoría permancen escondidas en alguna parte. Y es triste. Es triste porque se transforma el corazón en un sistema de información sucio, con resagos de ideas y palabras no resueltas. Con rencores, sobre todo eso. Y lo mas triste de todo es cuando el rencor es a uno mismo. Porque se es mas deshonesto con uno mismo, que con el resto de las personas. Las voces para adentro suenan mas despacito, y es muy dificil escucharlas. Y pasan los días como este, como el de ayer. Donde las voces de adentro empiezan a gritar, a manifestarse y a querer ser escuchadas. Normalmente aturden, van levantando la voz hasta romper los tímpanos del alma, que es sorda y no quiere saber nada de verdades. Y gritan, es como un dolor de muelas...
Y se hacen escuchar a la fuerza, y toda esa verdad que estaba metida adentro se evacua, se exonera con lágrimas, con rabia, con mal humor. Y finalmente llega la paz, esa que mencioné antes. Que no es paz, sino algo que está disfrazado de paz. Es mas bien la tranquilidad superficial de sentir haber calmado ese insoportable dolor de muelas.
Todo lo posible es como un espejo de agua en un mar de eternos sueños invadidos por penas de amor. Cualquiera sea la manera de traducirlos al idioma de las palabras, se pierden los detalles mas finos, los mas impúdicos detalles que el incociente se encarga de elaborar para nosotros.
Tengo sueño, me siento cansada, aplastada, invadida y presionada. Lo extraño con demasiada intensidad ultimamente. Este es el momento en el que empieso a sentir que lo idealizo. Extraño a un mendigo, como si fuera un príncipe.JAJAJA, me gusto mi metáfora.
Es algo así, pero lo extraño de tal manera que no quiero verlo.