La gente se vuelve caca. Se vuelve víbora.
Yo me vuelvo caca. Me vuelvo víbora.
Vos te volvés caca. Te volvés víbora.
Vos seas quizá,
serpiente nadando en la superficie del pecho de un hombre.
Las piernas no me responden. Yo les pregunto cosas pero no me responden.
Y miro a una mujer cargando cartones de huevo. Y miro a un hombre leyendo el diario. Y miro a un perro que me mira mirar.
Vuelvo de trabajar. Con el cerebro disecado.
Es lunes.
Hoy fué lunes.
Y nunca es el último.
Sueño con serpientes, con serpientes de mar, con cierto mar, ay, de serpientes sueño yo. Largas, transparentes, y en sus barrigas llevan lo que puedan arrebatarle al amor. Oh, la mato y aparece una mayor. Oh, con mucho más infierno en digestión. No quepo en su boca. Me trata de tragar pero se atora con un trébol de mi sien. Creo que está loca. Le doy de masticar una paloma y la enveneno de mi bien. Ésta al fin me engulle, y mientras por su esófago paseo, voy pensando en qué vendrá. Pero se destruye cuando llego a su estómago y planteo,con un verso una verdad.