Escribir en tercera persona. Escribir por ejemplo "él se siente de tal o cual forma" cuando la que se siente de "tal o cual forma" soy yo. Escribir automáticamente, la primera porquería que cruce el paso cebra de la tira de asfalto de mis ideas.
Me ponés nerviosa. Me ponés nerviosa, me ponés.
Ponemela. Así y así. OH. OH. OOOHH.
Es verdad. Digo las cosas en silencio. Y me imagino tan enojada que me rio de mi misma. Moviendo las manos y con los ojos a punto de reventarme los párpados, te pregunto: ¿porqué mieeeerrrrrrrda...?.
Después como siempre me arrepiento. La ira y la incertidumbre me ciegan.
Pero lo más importante de todo es que anoche soñé con un castillo. En ese castillo vivía un viejo que me quería coger. Y yo quería pero algo me retenía (y no era una cuestión moral precisamente). Lo mejor de todo es que en el sueño el cielo era de todos colores.
En realidad creo que soñé con la muerte.