miércoles, enero 25, 2006

Post asado

Recién se va. Realmente no tengo ganas de escribir, solamente quise aprovechar la oportunidad de que la computadora estaba prendida y yo sentía que tenía que dejar un testimonio de este momento. No precisamente por nada. No fué una noche singular (por que si sería plurar serían varias noches, JA!), sino que siento que por algo debo dejar guardadas estas sensanciones.
Finalmente vino al asado. Presiento que estaba desesperado. No sé exactamente desesperado por que. Pero presiento que estaba desesperado.
Dió tantas vueltas hasta que llegamos a lo que ambos queríamos llegar...
Los comensales se fueron llendo y cada vez que abría la puerta para despedirlos, tenía miedo de que me dijera: yo también me voy. Por suerte eso no sucedió. Por suerte se quedó hasta el final.
Cuando quedamos nosotros dos, se preparó un café, revisó su correo, y nos tiramos en los sillones. Después nos hicimos masajes, nos bañamos, hicimos el amor en mi cama, nos quedamos desparramados por las sábanas chorreando sexo. Después se vistió: no se quería ir. Se quedó un rato hablando, hurgando las cosas que hay en mi pieza: se dió cuenta de que nunca leí el libro que me regaló. Yo lo negué rotundamente. En realidad si lo leí (aunque no lo terminé), pero no el que él me regaló, sino otro que me prestaron.
Hicimos la posición del perrito. Postura que siempre creí denigrante, la hice 2 veces en esta ultima semana (una vez con él y otra con el turista que me cogí durante mis vacaciones). Ya no me parece denigrante, me parece cómoda. Esa posición es buena para hacer cuando yo ya acabé. Es decir, cuando ya no necesito ni mis manos ni mi boca ni mis piernas, es mas, hubiera deseado fumarme un cigarrillo, mientras el se movía frenética y bellamente para alcanzar el orgasmo.
Tengo mucho miedo de estar embarazada. No me cuidé con el turista. Tengo mucho miedo de estar embarazada. El idiota me dijo que me lavara ''por las dudas''. ¿Y si estoy embarazada?. ¿Y si después no sé quien es el padre?. Por dios!, nunca estuve en esta situación. Lo malo es que tengo una semana con mi casa como telo y no voy a poder disfrutarla a pleno, pensando en que puedo tener una bolsita con huesos en mi panza. Quizás me haga mañana un test de embarazo para poder seguir viviendo en paz.

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