No me olvido
No me olvido de que falta menos de un mes para que se cumpla un año, de eso. No me olvido de que me olvidaron sola en un bar una noche de otoño.
Ni me olvido de que no puedo olvidarlo por mas artilugios mentales que invente para imaginarlo como lo que en realidad es.
La memoria no me falla, porque estoy sumida dentro de un recuerdo fugáz, que me persigue a donde quiera que vaya.
Todo se vuelve en mi contra, y los juegos que quiero jugar son pérdidas de tiempo y de orgullo. No me quiere, no quiere ser feliz conmigo, y nada va a cambiar eso.
Todo se resuelve con un simple beso en la frente, con un abrazo. No podría ser tan complicado, si aún quedan esperanzas. No me olvido de que alguna vez me quiso, ni me olvido de que yo lo quise también.
Cada vez que lo quiero me olvida y cada vez que me quiere, yo lo quiero olvidar. Es un juego de escondites, en una plaza oscura y lúgubre. Ahora no puedo decir que todo fué un sueño, porque la realidad me golpea cada día. Si no es necesario que todo sea tan terriblemente dificil. Si nada es lo que parece, cuando todo se parece a la nada.
Y desentierro imágenes de ficción, vanales, absurdas incoherentes. Que vacilan entre el día y la noche, indesisas, triviales...imágenes en sepia, y partituras de amor simple y lejano. Imágenes embarradas, sucias, que esperan en el redil abandonado de la angustia, que una mente sin recuerdos los rescate de la soledad de un rebaño de sueños sin esperanzas, sin ganas de vivir.
Nada retiene al agua cautiva en las entraneas de un mar furioso, de aguas oscuras y olas letales. Es decir, balbuceo en los sueños palabras terribles, titubeo mirarme en el espejo del agua. No me quiero así.
Ni me olvido de que no puedo olvidarlo por mas artilugios mentales que invente para imaginarlo como lo que en realidad es.
La memoria no me falla, porque estoy sumida dentro de un recuerdo fugáz, que me persigue a donde quiera que vaya.
Todo se vuelve en mi contra, y los juegos que quiero jugar son pérdidas de tiempo y de orgullo. No me quiere, no quiere ser feliz conmigo, y nada va a cambiar eso.
Todo se resuelve con un simple beso en la frente, con un abrazo. No podría ser tan complicado, si aún quedan esperanzas. No me olvido de que alguna vez me quiso, ni me olvido de que yo lo quise también.
Cada vez que lo quiero me olvida y cada vez que me quiere, yo lo quiero olvidar. Es un juego de escondites, en una plaza oscura y lúgubre. Ahora no puedo decir que todo fué un sueño, porque la realidad me golpea cada día. Si no es necesario que todo sea tan terriblemente dificil. Si nada es lo que parece, cuando todo se parece a la nada.
Y desentierro imágenes de ficción, vanales, absurdas incoherentes. Que vacilan entre el día y la noche, indesisas, triviales...imágenes en sepia, y partituras de amor simple y lejano. Imágenes embarradas, sucias, que esperan en el redil abandonado de la angustia, que una mente sin recuerdos los rescate de la soledad de un rebaño de sueños sin esperanzas, sin ganas de vivir.
Nada retiene al agua cautiva en las entraneas de un mar furioso, de aguas oscuras y olas letales. Es decir, balbuceo en los sueños palabras terribles, titubeo mirarme en el espejo del agua. No me quiero así.
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