Ganas esta noche
¿Cuánto tiempo mas vas a estar así?...refugiado en tu soledad...
Para dejar de ser así debería empezar por no refugiarme en mi soledad cuando me siento sola. Debería dejar entrar a mas gente dentro de mi pequeño mundo solitario.
Es un infierno encantador, este juego de vaivenes con fichas de plastilina y de cartón. En un tablero insolente, con dibujos robados del kamasutra. Forrado de piel y de hojas de árboles muertos.
Finjo la felicidad que nada me dá. Resucito cada amanecer y vivo en una muerte lenta, la razón de no ser la musa de nadie. Una inspiración sin arte, la vanguardia de los hombres de hoy. Una mañana barnizada que huele a día miercoles. Y un palpito desgarrador me acaricia el pelo.
Escribir me deprime, me pone triste, me aplasta. Me hace sentir sola, muda y cíclope. Es decir tengo un ojo en el medio, pero me falta el derecho. Veo cosas que los demás no ven, y no veo cosas evidentes. No sé. Nada puedo decir de mi vida. Nada que no halla dicho antes. Y está por cumplirse un año de que mi vida cambió ''para siempre''. Y no fué tan para siempre, porque para siempre es mucho tiempo, y porque para siempre ni siquiera duró un año. Estoy como cuando vine de España...y eso que nunca pisé ese país. Mentira, en realidad pisé su aeropuerto, una vez, hace exactamente 8 años, 1 mes y 4 días. Pero ese es un detalle sin importancia, en este momento.
Mi papá escucha a Sabina a escondidas. Conoce todas sus canciones y hasta sospecho que las tararea en la ducha. Pero no dice nada.
Me siento mal. Anoche me emborraché, me comporté como una idiota, me sentí mal porque esa persona no me dió bola y porque no tenía ganas de estar con ningún desconocido. Y eso significa que estoy mal. Repito: escribir me deprime. O me hace dar cuenta de que estoy mal. No importa el orden. No quiero mas pensar en estas cosas. Quiero una persona que tenga el poder suficiente de darse cuenta de lo que me pasa. Que pueda mantenerme ocupada para que no me deprima, o bien, que incluso sin hacer nada, no me deprima. Que triste que estoy hoy. Tengo ganas de volver a salir esta noche, de volver a emborracharme, de ir a parar a un antro donde suene la música que tengo ganas de escuchar con la gente que tengo ganas de ver. De llegar a mi casa, con la pintura corrida, la cara de drogada que se me dibuja en la cara las noches como esas. De levantarme a la mañana y acordarme de que conocí a alguien interesante esa noche, y que al minuto de pensar eso, suene el teléfono, y es esa persona que está sintiendo algo parecido a lo que siento yo. Y entonces empezamos a hablar por teléfono...y etc etc. De eso tengo ganas esta noche.
Para dejar de ser así debería empezar por no refugiarme en mi soledad cuando me siento sola. Debería dejar entrar a mas gente dentro de mi pequeño mundo solitario.
Es un infierno encantador, este juego de vaivenes con fichas de plastilina y de cartón. En un tablero insolente, con dibujos robados del kamasutra. Forrado de piel y de hojas de árboles muertos.
Finjo la felicidad que nada me dá. Resucito cada amanecer y vivo en una muerte lenta, la razón de no ser la musa de nadie. Una inspiración sin arte, la vanguardia de los hombres de hoy. Una mañana barnizada que huele a día miercoles. Y un palpito desgarrador me acaricia el pelo.
Escribir me deprime, me pone triste, me aplasta. Me hace sentir sola, muda y cíclope. Es decir tengo un ojo en el medio, pero me falta el derecho. Veo cosas que los demás no ven, y no veo cosas evidentes. No sé. Nada puedo decir de mi vida. Nada que no halla dicho antes. Y está por cumplirse un año de que mi vida cambió ''para siempre''. Y no fué tan para siempre, porque para siempre es mucho tiempo, y porque para siempre ni siquiera duró un año. Estoy como cuando vine de España...y eso que nunca pisé ese país. Mentira, en realidad pisé su aeropuerto, una vez, hace exactamente 8 años, 1 mes y 4 días. Pero ese es un detalle sin importancia, en este momento.
Mi papá escucha a Sabina a escondidas. Conoce todas sus canciones y hasta sospecho que las tararea en la ducha. Pero no dice nada.
Me siento mal. Anoche me emborraché, me comporté como una idiota, me sentí mal porque esa persona no me dió bola y porque no tenía ganas de estar con ningún desconocido. Y eso significa que estoy mal. Repito: escribir me deprime. O me hace dar cuenta de que estoy mal. No importa el orden. No quiero mas pensar en estas cosas. Quiero una persona que tenga el poder suficiente de darse cuenta de lo que me pasa. Que pueda mantenerme ocupada para que no me deprima, o bien, que incluso sin hacer nada, no me deprima. Que triste que estoy hoy. Tengo ganas de volver a salir esta noche, de volver a emborracharme, de ir a parar a un antro donde suene la música que tengo ganas de escuchar con la gente que tengo ganas de ver. De llegar a mi casa, con la pintura corrida, la cara de drogada que se me dibuja en la cara las noches como esas. De levantarme a la mañana y acordarme de que conocí a alguien interesante esa noche, y que al minuto de pensar eso, suene el teléfono, y es esa persona que está sintiendo algo parecido a lo que siento yo. Y entonces empezamos a hablar por teléfono...y etc etc. De eso tengo ganas esta noche.
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