miércoles, diciembre 28, 2005

Sueño

Volvía del trabajo, en el colectivo. Hacía muchísimo calor y yo había elegido la fila de asientos que mayor insolación recibe a lo largo de todo el viaje. Viendome ante la necesidad de no llegar hervida a mi casa, me cambié de fila: abrí la ventanilla y me puse a escuchar Pink Floyd. Yo no sé bajo que efecto extraño o maldición budú habré caído, lo cierto es que me sentí como si una inyección invisible me hubiese sacado la fuerza. Me quedé dormida con la cabeza apoyada, parte sobre la ventana y parte sobre la manija. Claramente era una posición muy incómoda, no entiendo como pude haberme dormido tan profundamente con mi cabeza amortiguando golpes. Y tuve muchos sueños y todos raros, dignos de tener como banda sonora la música de ''The wall''. Cuando me despertaba, sentía que la gente me miraba: espero no haber estado haciendo ruidos raros o respirando fuerte y con la boca abierta. Pero me volvía a dormir, no me importaba nada, estaba como drogada. Finalmente llegué a mi casa. El viaje fué bastante corto, y sobre todo si considero que antes de subirme pensé: tengo que escribir en mi blog que antes de subirme al colectivo estoy empezando a pensar en lo largo que va a ser el viaje.

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