jueves, diciembre 08, 2005

Rutina

Un golpecito en el mouse para sacar el fondo de pantalla. Doble click en el messenger para ver quien está conectado: nadie. Me meto en mi mundo secreto y empiezo a escribir que me siento sola, que me siento poco querida, que no soporto a mi mamá y mucho menos a mi papá: lo mismo de siempre. Que me obsesiono con mis cosas, hasta que encuentro el modo de solucionarlas. Cuando planifico algo, medianamente viable, la ansiedad ya pasó. La obseción decae, como así también mis ganas de llevar a cabo los planes. Como si las cosas se solucionaran con solo planificarlas, la ejecución es solo un detalle....
Escribo que mi mejor amiga se está volviendo loca. Que hace un par de días, la miraba durmiendo en el auto, que se despertó y me dijo:

- ¿viste el árbol de la plaza?. Se está secando, nuestro árbol se está secando.

Me asusté, me miraba con una cara de demente que me asustó. Parecía tan triste, tan abandonada...
Al otro día me escribió un SMS preguntandome si yo la lastimaba.

Y vuelvo a escribir que me siento mal, que no sé que hacer para dominarme. Que en este momento debería estar estudiando, y sin embargo acá estoy, estornudando en este diario todas las miserias que me rodean.

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