Pongamos que hablo de mi
Tengo los dedos azules, de tanto sufrir el frio invernal de este querido y apreciado año 2005. La tristeza avanza a pasos agigantados. Cada vez mas profunda y miserable.
Tengo una bola de pelos en la lengua, una garganta con cenizas, y las manos entumecidas. Estoy desbastada, agonizando dolores del pasado. En un febril estado de demencia, paranoica, ingenua, desesperanzada también. Y su ausencia es cada vez mas rotunda, y el frio me duele cada vez mas. Acuso con verdades inocentes que no tienen sentido. Y la dislexia mental es cada día mas normal.
No encuentro a nadie. Me aburro, me siento morir de faltas. Pregunto con miedo, respiro con miedo, respondo con miedo, vivo con miedo. El sutil pánico de ayer, hoy es mas notable.
Todo se vuelve inútil, vanal. Todo es trivial y vacío.
Tengo una bola de pelos en la lengua, una garganta con cenizas, y las manos entumecidas. Estoy desbastada, agonizando dolores del pasado. En un febril estado de demencia, paranoica, ingenua, desesperanzada también. Y su ausencia es cada vez mas rotunda, y el frio me duele cada vez mas. Acuso con verdades inocentes que no tienen sentido. Y la dislexia mental es cada día mas normal.
No encuentro a nadie. Me aburro, me siento morir de faltas. Pregunto con miedo, respiro con miedo, respondo con miedo, vivo con miedo. El sutil pánico de ayer, hoy es mas notable.
Todo se vuelve inútil, vanal. Todo es trivial y vacío.
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