martes, mayo 31, 2005

La importancia de sentirse importante

Hoy tuve, durante el día, la sensación de que el tiempo se había detenido a las 10 de la mañana. Reinaba un aire de tranquilidad, y quizás algo melancólico en toda la extención de la fábrica. Se respiraba un aire de profundo olor a acero y a aceite para lubricar. Las gentes pasaban con las caras algo pálidas y los cuerpos lánguidos a buscar sus mamelucos nuevos. Por ley, les corresponden dos al año. Este es el segundo que les dan. Después de recibir su uniforme azul, con el logo de la empresa bordado en el bolsillo izquierdo, parecían lucir mas felices e importantes.
Yo también me sentí importante hoy. Cuando me confirmaron mi sospecha: que iba a tener alguna responsabilidad en cuanto a la compra de la materia prima. Mis sospechas vieron la luz, cuando me dí cuenta de que cada vez el responsable actual de esta función, me hacía ir aguas arriba. Es decir, primero me pedía la actualización de un listado, luego el listado con el que se actualiza el listado y así. Y hoy me dijo: ¨andá familiarizandote con estas planillas, así algún día podés hacer esto vos¨. Fué, de alguna manera un baldaso de agua fria (en invierno), sentí tanta responsabilidad de golpe, que no supe que pensar. No, la responsabilidad de la función en si, sino de tener que quedarme mas tiempo en la fábrica. De renovar mi contrato, y de trabajar haciendo lo que hago, mas lo que probablemente vaya a hacer, por el miserable sueldo que cobro.
Pero lo lindo fué que me sentí importante.

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