lunes, mayo 30, 2005

De todillo un poquillo

¨...corazón corazón corazón corazón de cemento corazón corazón corazón corazón de hormigón....¨. Como me gusta esa cancioncilla!. Estoy feliz, a pesar de que ayer parecía una enorme piltrafa de 64 Kg., hoy la situación es distinta.
Después de varios meses de haberme abandonado a falta de lectura, esta mañana, en el colectivo retomé el hermoso hábito de leer. Y que libro!. Uno que quiero leer desde hace mucho tiempo, el que nunca nadie me regaló. El que me estuvo esperando durante años, en una biblioteca de algarrobo y cubierto por el polvo.
García Marquez me produce con la lectura, lo que Silvio Rodriguez con la música. Una extraña sensación de tapahuecos. Nada me hace soñar tanto como pensar en la vida de los personajes de sus novelas. En esas casas blancas con flores en las ventanas, y hermosas damas bordando en su interior.
Cien años de soledad me gusta. Siempre supe que me iba a gustar, sin embargo no puedo hablar con mucha certeza porque no voy ni por la décima parte del libro. Pero después de leer algunas páginas me quedo pensando en la historia, la ciudad (Macondo), los personajes...Esa es señal de que el libro produce algo en mi. Lo mismo me pasa con las películas. Hay películas que miro y nunca mas acuerdo de haberlas visto, y otras, en las que me quedo pensando un par de días.
Tengo frio, creo que tengo fiebre y me duele la garganta. Mi chico no me respondió a ninguno de los dos mensajes que le mandé...y lo extraño. Me crea adicción, se convirtió en un vicio, una enfermedad. Me atrae que sea distinto, que piense diferente, que actúe de maneras inesperadas (aunque muchas veces lo mataría). No tengo ganas de hablar de él.

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