martes, enero 31, 2006

Únase a mi ejército

Yo, personalmente las odio. Pero no es un ''odio'' así, suavecito. Las odio con profunda convicción. Es mas, si pudiera las exterminaría del universo, las fumigaría, las haría desaparecer por los siglos de los siglos (o al menos por 76 años). Si fuera una personalidad reconocida en el mundo, si yo pudiera manipular pueblos, crearía temerosos ejércitos orientados a aniquilarlas. Estoy segura de que muchas mujeres estarían conmigo. Se acabarían los letales chancletasos, los gritos histéricos e inesperados y los hombres no tendrían que dejar de ver la televisión para salir a perseguir a una cucaracha. Estoy segura de que muchas mujeres se unirían a mi ejército para salvar al mundo de estos repugnantes bichos que asechan las calles y las casas las fatídicas noches de verano. Por que como si fuera poco soportar el calor y la humedad, encima hay que andar privandosé de andar ''en patas'' por temor a enfrentar a uno de estos miserables bichos de la basura sin el arma mas primitiva y efectiva: las ojotas. Creo que está de más aclarar que una ojota siempre es mas efectiva que una zapatilla, o una bota. La ojota te permite darle con mayor dirección al golpe, es mas aerodinámica y mas fácil de lavar. Yo, personalmente nunca maté ninguna. Y no por remordimiento o lástima: sencillamente por que me produce un terrible asco hacerlo. Pero he visto a padres/amigos/hermanos/compañeros de trabajo matarlas con bronca y las hijas de puta despiden ese nauseabundo líquido blanco. Osea que incluso después de muertas siguen siendo asquerosas y repugnantes.
Yo quiero utilizar humildemente este espacio que no lee nadie, para invitar a todos los hombres y mujeres (que tengan el coraje) a unirse a mi ejército ''anticucaracha'' y matarlas cada vez que vean a una pasearse pérfidamente por los espacios públicos. Y no reaccionar unicamente al grito desesperado de una mujer (u hombre poco hombre). Esto ha sido todo. Muchas gracias.

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