miércoles, febrero 02, 2005

Bueno mientras duró

Nadie sabe lo que quiere. Los que dicen que lo saben, mienten o se equivocan. Yo no lo sé, él no lo sabe, ella tampoco lo sabe.
Cuando uno empiesa a creer que lo que quiere es lo que realmente quiere, se da cuenta de que hay algo mejor.
Y ahora me equivoco yo, los únicos que saben lo que quieren son aquellos que se han encaprichado alguna vez.
Los caprichos son, finalmente, los deseos mas pensados, los que vendrían a ocupar algún espacio vacío y cuya ausencia hace a la pesadés de alma.
Me preocupa porque me siento mal en serio. Pensaba que escribir iba a funcionar como una bara mágica que haría desaparecer ese par de ojos negros que me miran. Quiero una botella de tequila para esta duda, quiero pensar con mas indiferencia de la que puedo dar, quiero jugar sin perder y quiero que los dos ganemos.
Quiero una medalla y flores en coronas
Bajé las defensas y me dieron por la espalda
bajo el manto de una mansa
vida llena de tequilas.
Cuando volví ya no había nadie
era una tarde
de soles frios y aire espeso
Y se acabaron los besos
de tenue amor de verano
y que nada fue en vano
dicen las revistas de mujeres
pero yo no quiero un maso
de cartas que siempre pierden
quiero que tus manos
impriman huellas ardientes
Y que te falta valor,
que nada tenés claro
podría alegar
sin morderme los labios
Pero no tengo dudas
de que las palabras
aunque no sean necias
siempre hay oidos que desprecian
diagnósticos que duelen.

Odio sentirme así. Odio no saber como sentirme exactamente. No sé si estoy arrepentida, si estaba equivocada o no.
Bajé mis exigencias, fui mas tolerante y me metí en todo esto. Que sé yo.
Por lo menos fué bueno mientras duró.

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