martes, octubre 02, 2007

Odiar a un jefe es una tarea de todos los días

Trabajar para que otros ganen plata. Como vender el cerebro. La paciencia. El tiempo.

"Mandemos la nota". "Mejor no mandemos la nota". "Preparemos el pedido". "Mejor no preparemos el pedido".

- ¿Cuánto cuesta el flete?.

- 100$, Sr. Burns.

- ¿Y no consiguieron otro más barato?.

- No, Sr. Burns.

- ¿Y porqué mejor no llamás a la empresa y preguntás si ellos no tienen una camioneta?.

- Porque ya llamé y me dijeron que no tienen.

- ¿Y preguntaste si te van a mandar los papeles?.

- No pregunté, pero los tienen que mandar.

- Pero..

- Sr. Burns..¿me firma el permiso para pedir el flete?.

- Pero..

SON CIEN MISERABLES PESOS VIEJO DEL ORTO Y LA CONCHA DE TU DIFUNTA MADRE.

- Me tiene que firmar el permiso porque sino hay que esperar hasta la semana que viene.

- ¿Y qué apuro hay?.

- No es una urgencia, pero ya hace un mes que está ese material esperando.

- ....

VIEJO PELOTUDO Y AVARO. SOBRE TODO PELOTUDO. PERO AVARO TAMBIÉN.

Y mientras piensa a la velocidad A la que pensaría una ameba si las amebas pensaran, yo le miro los huevitos apretados en el pantalón y me rio por dentro.

Quiero matarlo. Quiero desparramar sus víceras por la oficina y firmar el fuck'n permiso con su sangre marrón. Estoy a punto de mandarlo a la mierda. Me imagino su cara desconcertada. Su cara hirviendo de furia. Las manos temblando como castañuelas flamencas. Y...

suena el teléfono.

Me escapo a mi oficina (aveces adoro mi oficina). Prendo un cigarrillo y me quedo mirando por la ventana.

Y me quedo pensando en que no sé cuánto tiempo más voy a soportar.

2 Delirios ajenos:

Blogger a said...

jaaa.
me gusta cuando insultas, en tus adentros, a tu jefe.

12:29 a. m.  
Blogger Maia said...

Es un ejercicio de todos los días.

10:18 p. m.  

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