sábado, febrero 25, 2006

La sonda invisible

La veo cada año. Siempre esperando que le halla pasado alguna desgracia, siempre esperando que sea tan infeliz como yo, siempre esperando esa justicia en la que creo y que nunca llega. Pero no. La vida o el destino, o las energías de la señora que aveces es como una mamá se encargan de hacer todo lo posible para hacerme sentir una basura miserable. Una basura que no soporta ver la felicidad que le pertenece siendo usada por otra persona. Una vez escribí algo sobre las proporciones de la buena suerte. Lalmemoslé buena suerte, o felicidad. Dá lo mismo. Es como si me absorviera. Como si me infiltrara en las venas del alma una sonda por donde me saca todo lo bueno. Cada año que la veo es como una sesión. Al cabo de un año, le hace un mantenimiento a mi sonda invisible. La cambia, verifica que absorva bien y se va tranquila a disfrutar sus éxitos.

0 Delirios ajenos:

Publicar un comentario

<< Home