domingo, febrero 19, 2006

Problemas eléctricos

¿Quién fué Aristobulo del Valle?.

Aveces siento que la furia se apodera de mi. Una corriente de electrones viaja desde mi cerebro hasta la punta de mis dedos. Mis manos enloquecen: estoy gritando. Insulto, grito, ofendo, agredo, intento por todos los medios deshacerme de la ira que me envenena. Pero nunca es suficiente.

Entonces esa corriente cambia de sentido. Desde la punta de mis dedos hacia mi cerebro haciendo escala por mis pómulos. Siento tanta fuerza contenida dentro mio que lloro. Me enojo mas. Quiero seguir gritando: la garganta me pica: nunca pude gritar muy fuerte por que empiezo a toser y eso me hace sentir mucha mas impotencia. Mas rabia, mas furia.

Y casi milagrosamente, se hace la paz.

Alguien o algo me desenchufa, me desconecta los circuitos: humo por todas partes. Todos los valores vuelven a cero: estoy cansada y me duele la cabeza. Y el silencio: por fin el silencio. El silencio es milagro. Es la luz ganandole una batalla a la oscuridad. Es siempre lo que necesito después de este tipo de incovenientes eléctricos (o un electricista). Me desvanesco, me caigo en la cama. Tengo pasta en la boca. Ni un oceano entero podrían sacarme el gusto amargo de la boca. Y me duermo y quiero nunca mas despertar.

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