jueves, febrero 23, 2006

Parca

Antes era una gorda fea blanca y peluda. Ahora soy una gorda fea blanca peluda y enferma.

Estar enferma me hace sentir vieja. Me dá miedo. Imagino que estoy en terapia intensiva conectada a un respirador del cual depende mi vida, y la gente se amontona para visitarme. Algunos lloran. No puedo creer que esas personas estén ahí: gente del trabajo, amigos, familia. Entonces lloro, voy en el colectivo y lloro pensando en que la muerte anda cerca. Que me empieza a espiar y que me sigue. Y lloro de miedo, por que me da miedo todo lo desconocido, no por que tenga muchas cosas que hacer en este mundo y si me muero hoy quedarían incompletas. Ni por que hallan personas que dependan de mi para vivir o para ser felices. Ni por que viva luchando por causas justas, o amparando desamparados, o alimentando a los desnutridos, ni curando enfermos, ni salvando ballenas en un barco de greepeace, ni nada por lo que valga la pena vivir.

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