domingo, diciembre 18, 2005

Sobre blogs y otros demonios

Como decía antes, el negocio del siglo podría ser el comercio del tiempo, el ''time commerce''. La gente dejaría de ''perder el tiempo'' haciendo cosas inútiles, yo por ejemplo, dejaría de perder tiempo, porque sería equivalente a perder plata, solo que intencionalmente. Y no podría llevar a cabo el nuevo hobby que he encontrado. Aparte de que tendría algún motivo para estudiar.

Me gusta abrir la página de blogg, e ir viendo aparecen los blogs actualizados, si encuentro uno en castellano, lo abro. Encontré un par buenos que estoy siguiendo a diario. Muchos muy pedorros aburridos y pedantes (mas que el mío). Varios de futbol, lo cual me sorprendió bastante. Ya que por lo general, los amantes del futbol están estereotipados como cerdos, vagos y sudorosos que se sientan todo el domingo con una lata de cerveza frente al televisor. Por este motivo es que no puedo imaginarme a uno de estos personajes escribiendo un blog, aunque mas no sea dedicado exclusivamente a este deporte. Sin embargo, y mas que nada en este país, el futbol alcanza a todos los estratos sociales. En fin.
Encontré uno de un gay. Puros derechos humanos y derechos por la libertad de los homosexuales. Corazones, arcoiris, palomitas...muy denso.

En la web hay de todo, no todo es bueno. Pero tampoco soy quien para juzgar los blogs ajenos, por que yo sé perfectamente lo que es tener un blog puramente personal, para que nadie lo lea. Solo que con el objeto de que algún día los historiadores lo encuentren perdido en el ciberespacio y puedan reconstruir la historia del mundo a travéz de mis relatos. O mi historia. Por que cuando sea famosa, me voy a negar rotundamente a las entrevistas...y la gente se va a enterar de los pormenores de mi vida atravéz de este blog, que algún sobrino ñieto va a publicar en formato de libro, después de que yo me halla muerto. Gloriosa y heroicamente.

No seas tan idiota de preguntarte por que voy a ser famosa, eso es lo de menos. Lo de mas, es alcanzar la plena admiración de las personas. Yo quiero que las personas quieran ser como yo.

Cuando era chica, había una compañerita del jardín (que llegó conmigo hasta la secundaria, pasando por la primaria) a la cual yo admiraba profundamente. Yo solamente quería ser como ella: yo quería ser ella. Ella era hermosa, tenía la casa mas linda, en el barrio mas lindo, tenía los mejores juguetes. Las profesoras la amaban, hacía los mejores dibujos, tenía la mejor letra: era perfecta. Pero era mala como las arañas. Aunque un par de veces descubrí debajo de lo que de grande se convertirían en dos abultados pechos, que había algo de corazón. Pero era mala como las arañas.

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