lunes, mayo 09, 2005

Hace varios días que estoy pensando que tengo muchas cosas para decir. Por eso mismo, para ordernarme un poco, voy a proceder a ennumerar todas esas cosas, por orden de prioridad descendente.

1. Por primera vez y a días de cumplir 24 años, me saqué un punto negro de la cara.
2. La otra noche, la voz que me habla antes de dormir me dijo: ¨lamentablemente tarde o temprano, todos nos cagamos muriendo¨. La alcancé a escuchar desde ¨el consciente¨ porque justo algo me despertó, un ruido, creo. Y me dije a misma que debía escribirla aquí.
3. Quiero hacer una reproducción de todo lo que pienso cuando la busco a mi mamá por entre las góndolas del supermercado.

Grrr, me olvidé de muchas cosas. Tuve días...no sé si agitados, pero en los que se me complicó mucho, sentarme tranquila en la computadora.
Eso, de alguna manera es símbolo de que no estoy depre. Sin embargo, me siento muy sobre la frontera. Muy al límite, muy vulnerable. Me siento como si recién a esta edad, me estuviera convirtiendo en una persona normal, desde el punto de vista de mis sentimientos amorosos. Estoy sientiendo como una mujer. Lo necesito todo el tiempo, apenas se va lo empieso a extrañar, hace practicamente 6 meses que no dejo de pensar en él. Yo, la verdad y con una mano en el corazón, nunca pensé que iba a decir estas cosas. Es extraño por eso también. Porque es como si estuviese poseída por una romanticona del siglo XVIII, de la cual ( de haber existido yo en esa época) hubiera pensado, pobre idiota. No es que alguna vez halla tenido algo contra las romanticonas del siglo XVIII, no. Es que de repente siempre me pareció un tanto mediocre todo esto. Pero caimos con la romanticona y con la que era yo en la trampa. Y tengo miedo de equivocarme, pero no quiero hablar mas de él.
Quiero hablar de las cosas que quería decir y me olvidé. La reproducción de lo que pienso cuando la busco a mi mamá en el supermercado, es larga y necesito concentración para poder escucharme.
Bueno, puedo contar algo que pensé hoy en colectivo. Todo empesó, cuando pensé que nunca me había pasado con otro músico, lo que me pasó con Sabina. Es como una especie de vicio que tengo que controlar para no agotarme, sin haberlo disfrutado el máximo tiempo posible y con la máxima intensidad. Seguido a eso, pensé que ni con Silvio Rodriguez me había pasado. La gran diferencia, es que en la cúspide Silvística, mis sentimientos eran monótonos y parsimoniosos, al igual que me vida, y casi me animo a decir, que al igual que su música. En cambio, cuando empesé a escuchar Sabina (sin contar Física y Química y YO, mi, me contigo), mi vida era mucho mas caótica y desenfrenada e iba al ritmo de la música Sabinística (cabe aclarar, que a todo esto lo pensé en fracción de segundo). Y finalmente, lo que me produjo Sabina, es muy similar a lo que me produce mi mocito. Y es para mi una alegría enorme poder disfrutarlos a los dos al mismo tiempo. Y TERMINÉ HABLANDO DE ÉL, QUE ERA LO QUE NO QUERÍA.

Bueno, también podría hablar de que me estoy achanchando en el trabajo y no sé porque. No tengo ganas de ir a trabajar nunca. Los gerentes, me ponen cada día mas nerviosa y no los soporto. No puedo entender como pueden tener una mente tan retrógrada y ser tan tacaños, cosa que me pone de pésimo humor.
No tengo ganas de empesar a hacer nada nuevo, no tengo ganas de estudiar, no tengo ganas de hacer la tesis, no tengo ganas de rendir (eso no es nada nuevo, pero suma). En fin, estoy hecha una chanchona asquerosa que no hace nada en todo el día, salvo comer y ver televisión. Mi nombre es, Bridget Jones...(y este es mi diario).

Visto y considerando que la inspiración me ha abandonado, me retiro hasta nuevo posteo.
ADIOS.

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