lunes, marzo 28, 2005

Sin título que redondee la idea de lo que es esto

Es verdad, te lo juro, yo quiero estar bien. Ya sé que no me creés. Y pensás que prefiero sentir el calor del fuego, a la briza del hielo. Y es cierto. Pero, prefiero, antes que nada no sentir ninguna de las dos cosas.
Yo sabía que esto iba a pasar, por eso disfruté cada segundo en esa camioneta celeste. Cada milímitro cuadrado de su piel, cada beso, cada caricia, todo. Yo sabía que iba a necesitar algunos recuerdos que respalden mi tristeza. Lo sabía. Siempre lo supe. En definitiva, vivo con miedo, pero mis miedos siempre se hacen reales. No tengo motivos para dejar de sentir miedo, porque el miedo termina siendo una profecía. Yo sabía que tenía que mirarlo desnudo. Y sabía que tenía que acostumbrarme a su olor. Si en definitiva el dolor iba a ser el mismo.
No es lo que mas me duele que esté con otra, lo que me duele es que no halla encontrado en mi lo que encontró en ESA. Haber pasado por su vida como un simple nombre, otro nombre mas en la lista de espera. Estoy confundida, mareada, desorientada....
No sé por donde ir. No puedo volver a vivir mi vida de antes. No quiero. Necesito mantener esto que tengo, aunque no lo tenga a el. Necesito seguir siendo feliz, aunque sea de otro el mérito. No quiero caer otra vez, agonizando en una esquina oscura y bañada en lágrimas. Por favor, necesito saber que hacer. Necesito ayuda, no quiero volver a desvanecerme. No quiero volver a vivir mi vida desde abajo. Estoy triste, y no tanto. Aveces, cuando me tranquilizo un poco, siento estar resignandome a vivir esta vida que no quiero. Ya cansada de toda esta porquería y de la mala suerte o lo que sea....
No siento mas ganas de pensar en el futuro,
ese que se perdió tras un horizonte lejano
huyendo de mi desgracia
Después de haber brincado con gracia
cercano a mi laberinto.
Y si brindaron con vino tinto
fué porque se amaron
bajo la luz de los faros
de una ciudad espía.
Que los miraba con develo
con pasión, con celosía.
y después de volcar las copas
sobre el asfalto de la mentira.
Y así, sin mas explicaciones,
los besos se desintegraron
sin manos, sin abrazos
se desnudaron los torsos
que cambiaron por retratos
los besos del pasado.

0 Delirios ajenos:

Publicar un comentario

<< Home