sábado, marzo 26, 2005

Reporte de un sábado cualquiera

Me gustan palabras como ¨crear¨ o ¨pertenecer¨. No sé porque. Será porque siempre aparecen cuando hablo de las cosas de las que me gusta hablar.
Aveces, cuando me doy cuenta de todas las cosas que no me gustan de mi, me desespera no saber como cambiarlas. Siento que estoy ¨creada¨ de esta manera y esto soy. Me atormenta mas, no saber si tiene algún sentido cambiarlas y me entristece pensar que no sé si voy a poder afrontar ese desafío. Darme cuenta de esas cosas me llevó casi 23 años, o menos, que sé yo no importa. Mucho tiempo en definitiva. Modificarlas, cambiarlas, mejorarlas, tomar acciones correctivas, algo de eso, todas esas cosas son como un horizonte inalcanzable. Soy asustadiza, miedosa, siempre lo fuí. Me desequilibran profundamente los cambios, por pequeños que sean. Me desestabilizan las estructuras, me desconfiguran los algoritmos en los que me baso para vivir.
Me preocupa que me cueste tanto conocer a las personas. No darme cuenta de lo que les pasa, no saber como actuar, nunca. Si priorizar mi orgullo asqueroso y volver con la frente en alto. O humillarme y volver con la frente marchita. Nunca sé cual desición tomar. El orgullo exesivo como el mio, son mas que orgullo una enfermedad, un mal, un virus.
Aveces me siento una pausa, un STOP en este universo hostil. No tengo ni el ritmo, ni la fuerza para pertenecer a este mundo. Mis tiempos son distintos, están desfazados de los tiempos de los demás y nunca puedo alcanzarlos porque mis frecuencias son lentas y rayan lo monótono. Pero así soy, y como hago para agilizar mis compaces en este mundo?. Como hago para seguir este maratón, postrada en una silla de ruedas?.
Aveces me siento incomprendida, y esto me genera impotencia y rabia. Aveces siento que mis válvulas están cerradas o tapadas, o bien obstruídas y no tengo donde descargar mis presiones internas. La presión interna se acumula, se suma, se pontecia, entonces las válvulas revientan y estallo en miles de pedazos. Intoxico lo que hay a mi alrededor y ensucio lo que estuve limpiando tanto tiempo.
Hoy me desperté pensando en la palabra ¨iracundo¨. Cuando busqué el significado en el diccionario, me sorprendí. Nunca me imaginé que esa palabra representa la característica de las personas propensas a entrar en estado de ira.
Ahora lo relaciono con las válvulas y con toda la porquería de la que hablé anteriormente. Y caí en la cuenta de que soy una ¨iracunda manifiesta¨.
Y entonces, ahora pienso: ¨soy iracunda o las personas que me rodean me hacen ser así?¨.Mi amiga me diría que soy así, porque de alguna manera esa es la herramienta de la que dispongo para enfrentar las situaciones que se crean a mi alrededor. Otras personas, menos ¨calentonas¨ encontrarían otras formas.
Pero yo creo, que podría actuar distinto según la persona con la que estoy. En fin, no voy a profundizar sobre esto, porque me agota y ya me está aburriendo seguir dando vueltas sobre mi teoría de las características de las personas.
Anoche me confesé bastante. Admití, por ejemplo, que me daba bronca no poder haber logrado que mi mocito se enamore de mi. Le conté también que mi mocito me había dicho que le gustaba estar conmigo porque le daba cariño y porque lo hacía reir. Si alguna vez quiero herir a alguien, voy a decirle eso. Ni hablar.
Me hundió el ego, lo aniquiló y no se atrevió a juntar los pocos pedazos que aún quedaban armados.Pero fundamentalmente, me dió risa, cuando me dí cuenta, que yo estaba con él, exactamente por las mismas razones. Salvo, y creo que a el también se le olvidó, el tema del sexo, que no es menos importante.
Suele decirme que para mi, él es un objeto sexual. Y digamos que yo no hago mucho mérito para que deje de creerlo. No sé que tanto se equivoca....

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