sábado, marzo 12, 2005

Garúa gruesito

Hay un proxeneta mirando
desde el mas profundo de los abandonos
y con la mirada esquiva
el lento pasar de la vida
Es que han muerto varios gorriones
cayeron en su primer vuelo
después que el rozamiento del aire
venció sus alitas de fuego
De donde viniste?
quien te trajo?
necesito saber del atajo
de un camino que acorte
la llegada del destino
quiero saber porque
los cuando
los como
necesito mas que respuestas
sin palabras ni caricias
los minutos no tienen prisa
ni se ausenta la madrugada
Quiero buscar ese lugar
ese pasto, esa montaña
que no llora que no extraña
los besos de la mañana húmeda
Dejandose llevar por la mirada
de cruel flechazo que impone
sobre un corazón, los roles
de la ciega melancolía
Aguantar, soportar, esquivar
el asfalto humedecido
por la lluvia, los caminos
quedaron anegados
Y no pasan, son eternos
y en la infinidad del tiempo
los minutos se retrasan
y no quedan mas azañas
que hacer lo que no se debe
Perdonar lo imperdonable
olvidar lo imborrable
dejar que la lluvia moje
la tinta de la alegría
Invocar a los espías
de la noche ambulante
crear al mediodía
cuentos de arravales
Dejar pasar el tiempo
como si las horas no dolieran
como si el motor del viento
no tuviera remedio
Quiero enteder
ya casi con preocupación
que es lo que está pasando
ya nada me contiene
al borde un precipicio
que se desfonda en el asfalto
detrás de un gigante árbol
que nada dice de su sabiduría
del pasto mojado y de las piedras
que agonizan de tristeza
del miedo, la pereza
de saber lo que no se sabe.

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