sábado, junio 30, 2007

Mentiroso

Yo tenía un amante cuyo pasatiempo favorito era mentir.

Pero no "mentir" de mentiritas. Se mandaba cada fábula el desgraciado que yo diría que si hubiera sabido escribir, hubiera estado a la altura de J.R. Tolkien o Stephen King.

Su diversión consistía en armar historias donde él quedara siempre bien parado, gracioso o interesante, dependiendo el perfil de la dama a conquistar. Supongo que le daría sus réditos esta peculiar manera de filtrear.

Cuando nos conocimos ya llevaba varias mentirotas en su haber, lo cuál me hizo creer que estaba sintiendo que perdía parte de su identidad. Así que nuestra relación empezó lo más sincera y transparente que su personalidad mitómana le permitió. Me contaba las historias que inventaba, o las que había inventado o las que iba a inventar. Le fascinaba ponerse en la piel de otra persona. Tener otra historia. Tener otro pasado. Otra familia. Aveces tenía hijos. Aveces era abogado. Otras canillita. De todo. Y eso le satisfacía dos necesidades: sexo y diversión. O diversión y sexo. No sé.

Yo nunca soporté que me contara todas esas falacias. Me parecía infantil. Absurdo. Me parecía digno de un enfermo mental.

Pero la verdad es que con el tiempo cada vez me acuerdo más de él y de esa particularidad que creo que en realidad hoy le estoy envidiando. Tener el coraje y la iniciativa de hacer algo diferente. Más allá de las cuestiones morales "que mentir" "que engañar" "que bla bla bla" ¡el tipo tenía la iniciativa de divertirse!. Estaba solo, frente a una carnada desconocida y con el mundo lleno de puertas abiertas para inventarse una realidad a su antojo. Y jugar a no meter la pata, ni a morir en el intento. Y guardar el disfraz que usó con una, para ponerse el que le mostró a otra. No sé.

Definitivamente hay algo de su personalidad que ami me gustaría tener. Pero todavía no sé bien qué es.

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