viernes, noviembre 10, 2006

Arggg

Como cuando te atragantás y empezás a toser para liberarte del pedazote de comida que te metiste a la boca. Y porfín sale. Lo mirás sin creer que hayas podido ser tan cerdo y feliz de haberte desprendido de tan inmundo pedazo de comida. Pero todavía tenés ganas de seguir tosiendo. Te queda como la inercia en la garganta de seguir expulsando alimentos atragantados. Pero ya no hay más nada. Solamente el ímpetu de seguir experimentando la bellísima sensación del desahogo.

Así me siento.

1 Delirios ajenos:

Anonymous Anónimo said...

ha no che, yo nunca trato de expulsar la comida, sino mas bien hago fuercita para que termine de pasar, aunque sienta que de verdad se me va a rajar el pecho en dos... (testaruda? mucho)

8:07 p. m.  

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