martes, noviembre 07, 2006

De las tardes iguales con una amiga que tengo

Escucho el timbre y ya sé que es ella. Me digo: "uuhhhh...no...otra vez...". Le abro la puerta, le miro la cara de cansada, las ojeras azules y el semblante pálido y la odio. Sé que más tarde la voy a querer, sé que mis sentimientos fluctúan en periódos cortos. Ella pasa. Me pide algo fresco. Yo le digo que se sirva algo de la heladera: que yo también estoy cansada. Instantaneamente después, empiezo a sentir culpa por haberle hablado de mala manera. Instantaneamente después, recuerdo que es una vaga, caprichosa y consentida que siempre está esperando que los demás le sirvan las cosas. Y ahí caigo en la cuenta de que no estoy tan cansada como para no poder ir hasta la heladera y servirle algo frío. Lo que realmente me molesta es que me pida que le sirva algo. Entonces la odio otra vez (pero no tanto como cuando llegó). Finalmente se acerca con un vaso de jugo y nos sentamos. Hablamos del día. Si cobró o no cobró (si no cobró rezonga por que no tiene plata, si cobró rezonga por que tiene muchas deudas). Me cuenta como le fué en el trabajo (si tuvo mucho trabajo, rezonga por que la volvieron loca, si no tuvo mucho trabajo, rezonga por que se aburrió). Al principio yo estoy tan seca como una pasa de uva. Todavía quiero que se vaya: todavía quiero que nunca hubiese llegado. No hablo. Me limito a responderle inexpresivamente con mi cara de orto. Pero lentamente me voy interesando en lo que me dice. Cambio mi humor. Le hablo. Le cuento yo también mis cosas y yo también rezongo ¡y rezongamos juntas y por las mismas cosas!. Muchas veces nos reímos. Casi siempre pienso que con ella me siento muy cómoda. Pocas veces no se repite este procedimiento. Ella no se da cuenta de lo que produce en mi. De la inestabilidad que me produce su presencia. Después (y rezongando) me dice que se va. Junta sus cosas de a poco. Me mira con cara de perro que necesita familia y me dice: ¿me abrís?. Yo ya no quiero que se vaya. Cuando empiezo a disfrutar de su presencia, se va. Y en buenahora que sea tan oportuna para irse.

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