martes, noviembre 07, 2006

Lo hacen una vez. Lo vuelven a hacer. Te quedás arriconado como un animal en penitencia. La cola entre las patas. El hocico gacho. Las orejas como dos pañuelos usados. Se repite. Permanentemente. Lo aceptás. Lo entendés. No te rehusás, ni siquieras evitás que pase.

0 Delirios ajenos:

Publicar un comentario

<< Home