domingo, junio 18, 2006

Las cosas como son...

Decidido: me siento a estudiar.

La ultima vez que hice semejante sacrificio, fué en diciembre del año pasado.

Digamos que mis neuronas no tienen estado físico suficiente como para ejecitarse durante mas de 10 minutos seguidos.

Y mi poder de concentración se ha reducido de poco a nada.

Entonces me paro.

Voy al baño.

Me miro en el espejo.

Me depilo UNA ceja.

Me aprieto un granito que no se veía (y ahora si).

Vuelvo a la cocina.

Pongo a calentar agua para hacerme un té.

Corto dos pedazos de bizcochuelo de vainilla.

Undo la cuchara en un pote de dulce de leche (¡bendito seas ¡oh dulce de leche! que en mis ratos tristes estás siempre aportando la cuota de dulce sabor que necesito!).

Unto el dulce de leche sobre el bizcochuelo de vainilla.

El agua ya hirvió.

Me pareparo el té de frutos rojos.

Vuelvo con mi arsenal de comida a la mesa, dispuesta a estudiar.

"Te vas a poner como un cerdo si seguís comiendo así".

Como. Engullo. Digiero.

Mientras miro el meneo de los árboles y a la paloma que siempre se para en el mismo lugar.

No leo ni una palabra del apunte.

¿A quién le quiero mentir?.

Odio estudiar.

Termino de "merendar".

"Hoy es domingo: voy a leer el diario".

Espectáculos, Noticias, Clasificados, Arquitectura, Cuidado de mascotas, Economía, Horóscopo (mio, de mis amigos, de mi perra y de gente que no conosco).

Me acuerdo de que existe internet,

de que no quiero estudiar,

y de que es domingo.

Entonces me miento otra vez y me digo: " basta ya de perder el tiempo, el lunes empieso".

1 Delirios ajenos:

Blogger El Paseante said...

Estudiar no es difícil.

Lo que es prácticamente imposible es PONERSE a estudiar.

Yo también he pasado por lo mismo hace poco...

;-)

5:01 a. m.  

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