La venganza del pelotudo y el trío Los Panchos

Entonces llego a la casa por primera vez en mi vida.

Me hace pasar a su pieza y me dice: "ahora te voy a torturar como me hacés vos ami".

Y aprieta "play" el muy turro.

Se ríe.

Y empiesa a sonar por los parlantes un boleraso del trio Los Panchos.

Me mira de reojo y se ríe.

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- ¿Quién es Ricardo?.

- Mi abuelo ¿por?.

- No, por el cuadrito ese que dice que ganó un premio por una novela.

- Ah, si. Escribió varias y le dieron un montón de premios. También tengo un tío y una tía cantantes.

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- ¿Te quedás a comer?.

Pienso en mi economía y en lo mucho que me salió el remise hasta su casa. Odio a los remiseros. Si me quedo a comer en su casa, él después puede llevarme en auto hasta mi casa. Entonces le digo que si, que me quedo a comer.

La madre nos llama a la mesa, a nosotros dos y a los dos hermanos.

- Voy a poner algo de música para comer: Sabina.

- Si te gusta Sabina...¿por qué decís que te torturo?.

- En esta casa a todos les gusta Sabina menos ami.

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- ¿Siempre escuchan música mientras comen?.

- Mmmm casi siempre.

"Si, casi siempre", responden todos al unísono.

No puedo dejar de mirar a la madre. Por cuatro razones.

1) por que es muy muy linda.
2) por que es muy joven.
3) por que quiero intentar descifrar que clase de persona es.
4) por que es la que mas habla.

La mesa es chiquita. La casa es chiquita. Y la familia me gusta.

Pienso que cuando salgamos de su casa, él me va a preguntar si me gusta su familia, y yo le voy a responder que si, que me gusta.

Hablan de temas familiares y me dejan un poco de lado. Al rato la madre se disculpa y me dice: "este es nuestro momento para conectarnos".

Y ami me parece hermoso ver una familia conectándose. Sin remordimientos, sin odios, sin peleas, ni gritos, ni ofenzas.

Me cuenta de que uno de los hijos va a casarse pronto. Y la madre larga - entre dientes - su teoría sobre el casamiento y lo hermoso que son los preparativos y bla bla bla. Que eso de convivr unos años antes de casarse es un "horror". Y en ese momento empiezo a recordar todos esos crucifijos cogados de la pared, las imagenes de santos talladas en madera y se me viene a la cabeza algo sobre el opus dei.

Yo prefiero decirle que ni loca pienso casarme, que en todo caso prefiero usar la plata para irme de viaje por el mundo. Pero no veo que pueda llegar a tener algún tipo de sentido que la madre sepa eso de mi, de todas formas no pienso casarme ni con ella, ni con ninguno de sus hijos.

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- Cerrá puerta y traeme la llave.

- Bueno.

- Che, ¿te gusta mi familia?.

- Si. Me gusta-