jueves, junio 22, 2006

Drama - Comedia

Situación:

Susana y yo almorzamos en el comedor, enfrentadas en la mesa. Ella me cuenta sobre el traumático proceso de separación con su marido: detalle por detalle.

Interrumpe la conversación (o el monólogo), una secretaria preguntando si el chico que arregla las cañerías puede venir a comer con nosotras.

Le decimos que si. Que pase.

El chico entra y es como invisible.

Se da cuenta de que estamos hablando de un tema serio, y quiere pasar lo mas desapercibido posible: hacerse un sandwich, comerlo e irse a trabajar.

Pero las cosas se le complican.

Primero se sirve Coca en un vaso de plástico que por el mismo peso de la gaseosa, se cae, derramando el líquido sobre el mantel.

Cuando se levanta para buscar un trapo, se le engancha el pie en la silla y la arrastra medio metro, mientras intenta soltarse sacudiendo la pierna y produciendo un escandoloso y traumático proceso de desenganchamiento de la pata de la silla.

Susana lo mira de reojo y hace caras.

Cuando vuelve por fín con el trapo, se lleva por delante el tacho de basura.

Limpia la mesa cuidadosamente sin mirarnos a la cara.

Se sienta entre nosotras dos y saca su bolcita con los implementos para almorzar.

Se prepara tres sandwiches de mortadela con queso,

y dice: "no sé para que compré la mayonesa, si no tengo ganas de comer mayonesa",

interrumpiendo la parte en la que Susana me dice de que nunca jamás quiere volver a ver a un hombre.

1 Delirios ajenos:

Blogger El Paseante said...

Jajaja

Hilarante por lo absurdo y lo esperpéntico.

Yo, con tu permiso, me pongo de parte del chico: "me acaban de meter a comer con dos personas que no conozco y que desearían que yo no estuviese aquí. Cuanto más leve quiero que sea mi presencia, más guerra doy".

Supongo que intentaba ser amigable cuando os dijo lo de la mahonesa. Lástima de mal momento.

No se lo tengáis en cuenta. Seguro que él lo ha pasado peor que vosotras
;)

6:40 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home