Mi soledad, la cama y yo
Hoy es uno de esos días en los que tengo ganas de que nadie me rompa los huevos. La gente suele confundirlo con mal humor: pero no. Es simplemente ganas de que no me rompan los huevos.
No tengo ganas de responder mensajes de texto, ni de juntarme con amigos/as y parejas, ni con hermanos/as, ni ver sobrinos/as, ni amigos cercanos/as.
No sé.
Después me quejo: que estoy sola, que nadie me quiere, que bla bla bla.
Encima la gente se preocupa. No es que me moleste que se preocupen. Pero me molesta (¿?).
Por que cuando la gente se preocupa hace preguntas y cuando la gente hace preguntas yo me pongo de mal humor. Y no por que no tenga respuestas, sino por que no me apetece exteriorizarlas ni comunicarlas a un público preocupado que no me entendería.
Necesito que me crean: me encanta estar sola.
Voy a llamarlo al oscuro para ver que está haciendo y si quiere venir a compartir mi soledad en mi cama.
Soy contradictoria: si.
Por eso no me gusta responder, si es al pedo: nadie me entendería.
No tengo ganas de responder mensajes de texto, ni de juntarme con amigos/as y parejas, ni con hermanos/as, ni ver sobrinos/as, ni amigos cercanos/as.
No sé.
Después me quejo: que estoy sola, que nadie me quiere, que bla bla bla.
Encima la gente se preocupa. No es que me moleste que se preocupen. Pero me molesta (¿?).
Por que cuando la gente se preocupa hace preguntas y cuando la gente hace preguntas yo me pongo de mal humor. Y no por que no tenga respuestas, sino por que no me apetece exteriorizarlas ni comunicarlas a un público preocupado que no me entendería.
Necesito que me crean: me encanta estar sola.
Voy a llamarlo al oscuro para ver que está haciendo y si quiere venir a compartir mi soledad en mi cama.
Soy contradictoria: si.
Por eso no me gusta responder, si es al pedo: nadie me entendería.
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