viernes, junio 08, 2012

Hago dos pasos y me olvido de sonreir. De sonreirle al obrero de la construcción, al panadero, al que suelda caños, a la secretaria, al desconocido, a las amigas, a la cuñada, al marido de alguien que aveces soy yo. Sube escaleras, baja escaleras. Siempre estamos en el mismo dibujo asímetrico de escaleras que vuelven al mismo lugar. Soy parte de un circulo lleno de vicios. Suenan las campanas y de repente nada tiene sentido mientras tanto evito pensar cuál es la razón de mi existencia.

0 Delirios ajenos:

Publicar un comentario

<< Home