viernes, junio 08, 2007

Mis viejos me encontraban muerta. Entre gritos desoladores y mucho llanto me llevaban al hospital.

Yo me despertaba adentro de una bolsa (de la cual no sé cómo lograba escapar) y de un lado estaba el cadáver de un hombre con la cara derretida y del otro una vieja.

Pensaba en vivir por siempre con esa enfermedad extraña (apartir de mi sueño de anoche conocida como el extraño síndrome de Maia) con el miedo de que me enterraran viva. Recordaba que alguien me había contado una vez que los velorios eran para evitar eso, y darle tiempo al muerto a que reviviera antes de despertarse bajo dos metros de tierra.

Y me desperté.

7 Delirios ajenos:

Blogger Dr. CroW said...

Los zapatitos me aprietan
Las medias me dan calor
Y vos estás buena, negra
No da que termines en un panteón...

PD1: es la medicación para la gripe la que habla
PD2: Que loco, la verificacion de palabra me puso "maia"

8:50 p. m.  
Blogger Maia said...

Rta. PD1: si es la medicación la que habla, entonces decile a ella que gracias.

Rta. PD2: la verdad, muy loco.

9:25 p. m.  
Blogger Dr. CroW said...

Las pastillas son así, sacan al poeta profundo e inspirado que habita en mi jajajajaajaa

9:39 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Pará, pará, ¿de qué tipo de pastillas estamos hablando?

;-)

Ahh y gracias por el agradecimiento en la revista peinate...me honra, me honra...

9:49 p. m.  
Blogger Dr. CroW said...

Pastillas pa' la gripe nomás.
Ud conoce mi unico vicio ilegal :)
De paso me agarrron ganas, y me quedé sin... :(

10:37 p. m.  
Blogger Maia said...

¡Estás enfermo nene!. Nada de drogas ilegales, ¡se ha dicho!.

3:12 a. m.  
Blogger Dr. CroW said...

Si, estoy enfermo. Ya te lo dije: tengo gripe.
Una tos de perro y anoche levanté una fiebre espantosa que me produjo unas pesadillas que las debe haber escrito Lovecraft.

2:29 p. m.  

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