jueves, abril 19, 2007

Es extraño. Pero extraño extrañarte tanto. Jua. Es mentira. Mentira. Muy mentira. Muy mía. Muy mía y poco de nadie. Convidame chucrut. Preparame un Fernet. Abrite de piernas y dejame ver que hay. Un calzón sucio. Un ventilador cutre. Una cuchara de la abuela. Dejame ver ese cuchillo de acero inoxidable. Dejame verlo y después matarte con él. Vamos a tirarnos de un décimo piso mientras yo grito desaforada: "soy inmortal, soy inmortal". ¿Qué te parece?.

Putita. Estereotipo de la intelectual, de la liberada sexual, con más complejos que yo un sábado por la noche. Vos seguí hablando con términos técnicos. Tarada.

Abrí un prontuario. Un legajo con cada una de mis estupideces y guardalo bien guardado en una carpeta colgante, en un fichero subterráneo, en una oficina en Kuala Lumpur, en la decáda del 50. Llevate mis vergüenzas a otro tiempo. A otra dimensión. Quemalas. Hacé un asado para 77 hinchas de un club de futbol de San Carlos Minas. No sé. El 77 no es casual.

Hay fantasmas.

"Veo gente viva"

El decía siempre que no teníamos que "elucubrar" sin argumentos. Pero yo elucubraba lo mismo. Siempre nos juntábamos a elucubrar los sábados o los domingos en la plaza. Un día como hoy nos hubieran morfado los mosquitos pero nosotras, hubieramos seguido elucubrando y elucubrando hasta la noche.




"Siempre vuelven", decía yo inflando el pecho.

Pero no.

No siempre vuelven.

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