jueves, marzo 22, 2007

Querido diario:

escribo para confesarte que estoy insoportablemente ansiosa. No triste, ni angustiada: ANSIOSA. Que la semana se me hizo terriblemente larga, pesada y odiosa. Y que no me aguanto ni yo.

También escribo para contarte que odio mi trabajo. Que no quiero aparecer entre esas cuatro paredes nunca más. Que no quiero volver a ver a nadie que haya conocido ahí y que no me importaría tener que vivir arriba de un carro con tal de no volver a pisar esa oficina inmunda.

También estuve pensando -durante estos últimos dos años- que quisiera desaparecer de esta ciudad. Tener otra casa, otros amigos, otro trabajo. Solamente me llevaría a mi perra y a mi reproductor de Mp3.

En fin. Que mi vida sigue siendo la misma mierda de siempre. Y yo la misma pelotuda que no hace nada para cambiarla.

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