Crónicas de otra
La veo subir al colectivo. Sus ojeras son el primer rasgo que me llama la atención. Se sienta y yo la miro detenidamente. Es extraña y está loca. Habla sola. Lee en voz alta. Tiene bigotes y la cara parece sucia, pero no lo está.
Se baja en la misma parada que yo. Hago tiempo hasta que se decide donde ir: quiero seguirla. Sé que está perdida porque mira para todos lados. Y yo la voy a seguirla hasta que me pregunte algo.
Empiezo a caminar detrás de ella. Donde debería haber seguido derecho, doblé. Sigo sus rastros. Camina despacio y yo estoy cada vez más cerca. Se da vuelta y me mira. Me saco los auriculares. Me pregunta por un lugar. Le indico en el tono más amable posible. Ella dobla y yo sigo derecho.
Llego a mi casa y escribo este post.
Se baja en la misma parada que yo. Hago tiempo hasta que se decide donde ir: quiero seguirla. Sé que está perdida porque mira para todos lados. Y yo la voy a seguirla hasta que me pregunte algo.
Empiezo a caminar detrás de ella. Donde debería haber seguido derecho, doblé. Sigo sus rastros. Camina despacio y yo estoy cada vez más cerca. Se da vuelta y me mira. Me saco los auriculares. Me pregunta por un lugar. Le indico en el tono más amable posible. Ella dobla y yo sigo derecho.
Llego a mi casa y escribo este post.
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