INRI
Vos eras tan densa, hija de puta.
Tan monótona, tan indecisa, tan envidiosa y tan competitiva,
que yo terminaba por crucificarte en mi cabeza.
Tan monótona, tan indecisa, tan envidiosa y tan competitiva,
que yo terminaba por crucificarte en mi cabeza.
2 Delirios ajenos:
no, vos eres una mezcla entre suavecita y contundente.
¡Je! Me ruborizo...
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