viernes, agosto 18, 2006

Una hora

Nueve y media de la mañana y el mundo se cae encima de mi cabeza, después de que:

- me llamaran doscientas cincuenta personas para pedirme que "por favor tal cosa" o que "por favor tal otra" (todas cosas imposibles, difíciles o complicadas),
- de que no me llegaran los mails que necesitaba y que estaba esperando desde ayer,
- de que todos hicieran mal su trabajo (lo cual ami me perjudica enormemente), - de que un obrero me perforara la cabeza con un taladro,
- de que el Sr. Burns me viniera a decir sandeces cada cinco minutos con su irritante pajez habitual,
- y de darme cuenta de que no tengo nada para desayunar.

Tipo diez y media se calmó un poco, pero en un momento quise largarme a llorar y escaparme por la puerta de emergencia previo acto de tirarle al obrero un matafuegos por la cabeza y al Sr. Burns el taladro del obrero que estaría tirado en el piso. Amén.

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