jueves, agosto 17, 2006

Sueño de una noche de verano

Vamos a pasar unos días a las sierras de Córdoba. Todos. Hacemos fogatas, fumamos porros, tocamos la guitarra, cantamos y tenemos sexo desenfrenado en los más hermosos paisajes naturales. Ahí nos encontramos con gente de muchas nacionalidades, gente linda, gente piola. Y armamos un grupaso re grande. De día: agua y sol, de noche: música, sexo y diversión. Dormimos en carpas, en bolsas de dormir, en el piso: en lo que venga. Todo el contexto se hermana en perfecta comunión. Algunos ya juegan con la idea de quedarse a vivir. Yo me quiero quedar, pero me tengo que volver. Nunca me divertí tanto. Nunca mi vida fué tan hermosa y completa. Pero me tengo que volver a seguir trabajando y estudiando. Vacilo. ¿Por qué me tengo que volver? ¿Si yo me quiero quedar?. Las noches estrelladas no tienen comparación con nada de lo que pueda haber en mi ciudad.
Cada tanto algunos bajan a buscar comida y provisiones. Los días pasan y nadie ya habla de la idea de volver a la civilización. Ya pasaron 30 días y en un principio nos íbamos por 4. Algunos hablamos por teléfono a nuestras familias para avisar de nuestra "demora". La plata se empieza a terminar y tenemos que comer. No importa. Hay árboles con frutas y algún que otro cultivo de papas. Un suizo y un cordobés, bajan al pueblo y roban pan en un almacén. Somos todos felices. No hay maldad, no hay robos, no hay muertes, no hay traiciones, ni nada que pueda provocar dolor.

Y después me desperté.

1 Delirios ajenos:

Blogger G. said...

Sueño de comunidad ideal

9:49 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home