domingo, agosto 13, 2006

Saberes

Perdí el juicio.

No razono, no siento, no presumo ni valgo nada.

¿En dónde me metí? ¡carajo¡.

Como si un laberinto de arbustos me comieran los sueños.

Y las estatuas inmóviles y frígidas no dejan de mirarme.

Sos una escondite amarga y vanal. Sabés que sos trivial y desgraciado.

No sé.

Mirá.

No sé que hago, ni a donde voy.

Busco no darme cuenta de eso que yo ya sé.

De eso que no quiero que sepas.

¿Quién soy?.

Viciandome a cada rato de soledades inmundas y manchadas por la sed de querer.

Vos no sabés.

Pero yo si.

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