La pesadilla no había terminado
La pesadilla no terminó - por desgracia - cuando terminé de escribir el ultimo post de anoche, apagué la máquina y me fuí a dormir: no.
Cuando me dirigía a la cama a dormirme, me acordé de que tengo el despertador en el celular y quise dejarlo a mano, en la mesa de luz, como cada noche.
Pero el celular había desaparecido otra vez.
Yo se lo atribuyo a cuatro causas, todas igual de probables:
1. Los duendes de las cosas existen y se ensañaron con mi celular y con volverme loca.
2. Mi memoria es cada vez mas volátil y ya ni me acuerdo donde dejo las cosas que dejé en algún lugar cinco minutos antes.
3. Se cayó al vacío de la cuarta dimesión.
4. Cuando creía que estaba despierta, en realidad estaba soñando.
Lo busqué, no tanto por desesperación, si no mas bien por necesidad: necesitaba el despertador.
No me preocupé demasiado, uno, por que sabía que estaba en mi casa, dos por que a las 7:15 como cada mañana iba a sonar y si yo no lo escuchaba, lo iba a escuchar alguien mas que me iba a despertar para que lo apagara.
Entonces me acosté y me dormí.
Tuve un sueño rarísimo. Un sueño que me acordé a la mañana cuando iba en el colectivo y vi a un viejo que parece hecho de nieve. Tiene la piel quemada, y pelos blancos por todas partes. Le salen pelos blancos por la nariz, por las orejas y en las cejas super tupidas también tiene un surco de pelos blancos.
Y me acordé que en alguna parte de mi sueño, un ciruja con la cara como derretida (estas cosas solo pasan en las películas de terror y en los sueños) venía caminando hacia mi con el cadaver de un gato, agarrado de la cola. Pero esto no es lo mas raro. Lo mas raro es que el ano del gato (si, el ano) era del diámetro de la boca de una lata de arvejas. No me acuerdo cual fué la sensación que tuve, pero sospecho que no debe haber sido muy agradable.
Me desperté tarde.
El celular sonó, pero lo apagué y seguí durmiendo.
Así dormida y llegando tarde como estaba, abrí el hotmail para ver si la tarada había dejado mas mensajes. Y me encuentro con un montón de mensajes anónimos tipo Spam. Pero no uno, ni dos, ni tres, ¡cómo 15!.
Después de lo que me había pasado la noche anterior, después del sueño feo que había tenido y encima esto...era demasiado.
Cuando llegué al trabajo (tipo 9:30), voy a marcar el reloj y decía: 7:30.
Las posibilidades eran dos:
1. O yo había llegado temprano.
2. O el reloj andaba mal.
Me voy a una oficina a evacuar mis dudas, cuando veo que estaba una compañera de trabajo que llega habitualmente a las 15:00.
A esta altura del partido yo ya no entendía nada.
..................................
¿Qué había pasado?.
Cuando me dirigía a la cama a dormirme, me acordé de que tengo el despertador en el celular y quise dejarlo a mano, en la mesa de luz, como cada noche.
Pero el celular había desaparecido otra vez.
Yo se lo atribuyo a cuatro causas, todas igual de probables:
1. Los duendes de las cosas existen y se ensañaron con mi celular y con volverme loca.
2. Mi memoria es cada vez mas volátil y ya ni me acuerdo donde dejo las cosas que dejé en algún lugar cinco minutos antes.
3. Se cayó al vacío de la cuarta dimesión.
4. Cuando creía que estaba despierta, en realidad estaba soñando.
Lo busqué, no tanto por desesperación, si no mas bien por necesidad: necesitaba el despertador.
No me preocupé demasiado, uno, por que sabía que estaba en mi casa, dos por que a las 7:15 como cada mañana iba a sonar y si yo no lo escuchaba, lo iba a escuchar alguien mas que me iba a despertar para que lo apagara.
Entonces me acosté y me dormí.
Tuve un sueño rarísimo. Un sueño que me acordé a la mañana cuando iba en el colectivo y vi a un viejo que parece hecho de nieve. Tiene la piel quemada, y pelos blancos por todas partes. Le salen pelos blancos por la nariz, por las orejas y en las cejas super tupidas también tiene un surco de pelos blancos.
Y me acordé que en alguna parte de mi sueño, un ciruja con la cara como derretida (estas cosas solo pasan en las películas de terror y en los sueños) venía caminando hacia mi con el cadaver de un gato, agarrado de la cola. Pero esto no es lo mas raro. Lo mas raro es que el ano del gato (si, el ano) era del diámetro de la boca de una lata de arvejas. No me acuerdo cual fué la sensación que tuve, pero sospecho que no debe haber sido muy agradable.
Me desperté tarde.
El celular sonó, pero lo apagué y seguí durmiendo.
Así dormida y llegando tarde como estaba, abrí el hotmail para ver si la tarada había dejado mas mensajes. Y me encuentro con un montón de mensajes anónimos tipo Spam. Pero no uno, ni dos, ni tres, ¡cómo 15!.
Después de lo que me había pasado la noche anterior, después del sueño feo que había tenido y encima esto...era demasiado.
Cuando llegué al trabajo (tipo 9:30), voy a marcar el reloj y decía: 7:30.
Las posibilidades eran dos:
1. O yo había llegado temprano.
2. O el reloj andaba mal.
Me voy a una oficina a evacuar mis dudas, cuando veo que estaba una compañera de trabajo que llega habitualmente a las 15:00.
A esta altura del partido yo ya no entendía nada.
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¿Qué había pasado?.
3 Delirios ajenos:
Olvídalo. Simplemente trata de no pensar en qué está pasando. Seguramente es un cúmulo de circunstancias unido a que te sientes confusa, y la montaña parece más grande de lo que es.
No te hagas demasiado caso a ti misma.
A veces hace falta
Estaba viendo que los mensajes "spam" que lo único que hicieron fué confundirme mas de lo que estaba, están en posts mucho anteriores a este, lo cual no responde a ninguna de mis preguntas...pero bué, me dí cuenta de eso...
Fué horrible lo de anoche y lo de esta mañana.
Tranquilízate. Esta misma tarde hablé con mi chica de las cosas que nos asustaban y los dos coincidimos en la desorientación que se siente, por ejemplo, cuando despiertas en una posición de la cama que no reconoces, o fuera de ella.
Supongo que todo se te ha juntado un poco y te ha hecho sentirte desorientada.
Celebro que estés más tranquila.
Si me necesitas, ya sabes donde estoy
P.D. Si alguna vez quieres mi MSN, yo no tengo problemas en dártelo
;-)
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